En ese momento, Carlos Damián Barrios de 45 años de edad, dueño de la funeraria, la hizo pasar y la mujer le dijo que estaba esperando a su marido, quien se encontraba estacionando el auto.
Minutos después, un hombre se acercó a la puerta y la joven le dijo a Barrios que era su esposo, quien entró con otra persona del sexo masculino y le apuntó en la cabeza al propietario de la casa de sepelios obligándolo a tirarse al suelo.
Los ladrones ataron las manos de la victima y lo metieron boca abajo en uno de los cajones que estaban de muestra para la venta, cuando en ese momento Barrios escuchó que la mujer les decía a los malhechores que habían tardado mucho en llegar.
Pero el asalto se truncó, ya que en ese momento un patrullero que recorría la zona advirtió que cerca de la cochería había un auto con el motor caliente y las llaves puestas, por lo cual uno
de los efectivos se bajó y llamó a la puerta preguntando si estaba todo bien.
Desde el interior del local le respondieron que sí, pero el policía escuchó corridas y tiró la puerta abajo para ingresar en la funeraria.
Una vez adentro, el efectivo policial rescató a Barrios quien no paraba de patalear en el interior del ataúd, mientras que los ladrones se escaparon por la puerta trasera del local.
Tras el hecho, el sereno de un galpón cercano a la zona de los hechos se llegó hasta el lugar para denunciar que una mujer le había pedido ayuda porque había sido asaltada por dos hombres.
Pero la presunta víctima del asalto fue reconocida por Barrios como la mujer que había ido junto a su esposo hasta la funeraria para pedir los servicios.
Y por tal motivo, la joven fue detenida por complicidad con los malvivientes.
Por otra parte, la investigación del caso quedó en manos de la Oficina Fiscal Nº 10 de Maipú.
Fuente/ www.26noticias.com.ar
