Debido a las constantes denuncias de vecinos y a los problemas que se presentaban en la red de cloacas, la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) realizó un relevamiento para determinar en qué lugares se producían los robos y con qué frecuencia. Lo que detectaron los sorprendió: no hay zonas rojas, sino que los delitos se producen en todos lados. Y, obviamente, la reposición de las tapas implica grandes erogaciones de dinero (cada una cuesta entre $ 700 y $ 800).
"La aleatoriedad de los robos dispara cualquier presupuesto", argumentó el gerente de mantenimiento de la red, Augusto Guraiib. Con la intención de tratar de detener esta práctica, la empresa hizo una denuncia en la Brigada de Investigaciones de la Policía.
"Es una cuestión de mercado, de oferta y demanda. Si hay demanda se produce el robo. Venden las tapas en corralones y desarmaderos. Las trocean y las ofrecen por kilo de hierro. Haremos relevamientos en conjunto con la Policía y esperamos que luego se hagan allanamientos", explicó.
Los robos de tapas no sólo generan pérdidas económicas a la empresa y ponen en peligro a peatones y automovilistas, sino que también causan daños en la red cloacal. "Hay dos tipos de robo: el de la tapa propiamente dicha y el de la tapa y el marco. En el primer caso, la golpean, la levantan y se la llevan. En el segundo deben romper con una maza el hormigón en el que está amurado el marco; destrozan la calle", afirmó Guraiib.
Cuando los ladrones rompen el hormigón, los escombros caen dentro de las cañerías y las trancan. "Nosotros nos damos cuenta de este problema por dos vías: los vecinos que denuncian la falta de las tapas y por los problemas que detectamos en la red. No sólo los escombros taponan los caños, sino que, al ver el hueco, hay personas que tiran la basura adentro. O sea: nos enfrentamos también con un problema de incultura", explicó.
El gerente aclaró que sólo el 10% de los problemas en la red cloacal se debe a su vejez. El 90% restante son originados por terceros (obras de repavimentación, la basura que tiran dentro de los colectores y el robo de las tapas, entre otros problemas).
Guraiib explicó que de las 400 tapas robadas en los últimos dos meses ya repusieron unas 150. Pero dijo que el problema es que los proveedores a veces no dan a basto para fabricar tantas tapas. Esta es una de las razones por la que algunos pozos quedan descubiertos por bastante tiempo. "Nosotros los señalizamos, pero también nos roban los carteles. Incluso, se llevan la cinta de peligro, que no tienen ningún valor", comentó.
Para contrarrestar esta práctica, la SAT decidió comenzar a reemplazar las tapas y los marcos de hierro dúctil por tapas y marcos de hormigón. "Cuestan casi lo mismo, pero tienen un valor agregado: no se las roban", aclaró Guraiib.
Fuente: lagaceta.com.ar
