La empresa EDECAT procedió al corte de servicio, afectando parcialmente a la comunidad. Alrededor de seis barrios padecen esta situación de manera colateral, ya que los vecinos quedaron privados del agua que provee el consorcio, panorama que se agrava con el correr de los días, en los que se agotan las reservas.
Aún no se conoce con certeza cuáles fueron los motivos por los que la empresa prestadora del servicio cortó la línea al sistema ubicado en el Bº Juan Salas. Según pudo conocerse, la medida se habría originado en la falta de un medidor en la planta. Sin embargo, desde el consorcio se denunció que oportunamente habían solicitado con las formalidades del caso la colocación del medidor, y EDECAT no había concretado el pedido por no contar con medidores trifásicos.
Mientras se dirimen las acusaciones cruzadas, unos 1.400 usuarios están padeciendo la carencia del servicio o su prestación deficiente.
En la actualidad, el consorcio tiene en funcionamiento tres pozos, y otros dos pozos esperan la colocación de la bomba. Desde la administración no logran distribuir correctamente el agua por la falta de suficientes llaves sectorizadoras y el mal estado de las existentes. “Las llaves exclusas no sirven, están fuera de función, son viejas, no podemos regularlas y mucho menos sectorizar”, dijeron desde el consorcio.
Finalmente, el consorcio debe enfrentar serios problemas económicos, ya que ante las deficiencias en sus propios servicios, muchos usuarios se niegan a abonar las facturas. Así, la administración debe enfrentar sus gastos (incluyendo las tres boletas de luz que llegan con montos superiores a los $3 mil) con la recaudación de apenas un 38% de los consumidores. Se genera así un círculo vicioso en el que una parte de la comunidad resulta ser la más perjudicada.
Fuente: elabaucandigital.com