“Antes de opinar tan alegremente, Brizuela del Moral tendría que recordar que fue el responsable, durante sus ocho años de gestión, de destrozar la paz social, deteriorando cada vez más las condiciones laborales y salariales de la policía y de todos los sectores estatales”, afirmó el funcionario.
“Brizuela del Moral fue el ingeniero de esta situación, ya que es una consecuencia de años de abandono y desidia. A diferencia, este Gobierno justicialista que realmente vino a fortalecer la paz social no con declamaciones sino con hechos concretos, porque la paz social se fortalece mejorando cada día las condiciones de vida de los catamarqueños. Y viene desde haces dos años reconstituyendo la sociedad, las condiciones sociales y laborales. En el caso de las fuerzas de seguridad, se ocupó de dotarla de móviles, equipamientos y todo lo necesario para actuar con una inversión sin precedentes”, expresó Ferreyra para subrayar que “siempre reconocimos la justicia y legitimidad del reclamo policial” pero “rechazamos totalmente el método y el modo en que se efectuó este reclamo, ya que existe una gran diferencia entre movilizarse por un reclamo salarial y levantarse en armas contra el Poder Ejecutivo en un Estado de Derecho. En la protesta participaron policías de civil y uniformados, utilizando móviles oficiales y armas de la fuerza pública. Con el severo agravante de que utilizaron las armas y abrieron fuego contra la sede del Gobierno. Esta conducta está tipificada como delito tanto en la Constitución como en la Ley Orgánica que rige sus obligaciones. En lugar de plantear su reclamo pacíficamente, mientras un grupo importante respondía a los mandos naturales y colaboró para garantizar la seguridad; otros utilizaron la fuerza de las armas en contra del pueblo que deben proteger, y en contra de las autoridades democrática, libre y legítimamente elegidas por el pueblo”, analizó Ferreyra para admitir que “la negociación tuvo matices extorsivos y de sedición”.
Añadió por otra parte que existen elementos para poner en duda la naturaleza del reclamo, al menos de un grupo de policías: “El rechazo sistemático a las mejoras salariales propuestas durante toda la jornada por el Gobierno, refleja que un grupo de los manifestantes tenía intereses distintos al reclamo originalmente presentado. Se ofrecieron aumentos inéditos, llevando al máximo las posibilidades presupuestarias de la Provincia, y aún así se sostenía un pedido inflexible e inaplicable, lo que revela claramente que el propósito de ciertos manifestantes era sostener el clima de crisis a cualquier costo, y queda claro a quien respondían: a los mismos que hoy salen a hablar de paz social”.
“Quienes motorizaron la protesta lo hicieron de manera irresponsable, sin medir consecuencias. Perdieron totalmente el control de la situación, ya que el grupo rebelde descalificó una y otra vez a las personas que ellos mismos enviaban a negociar. Actuaron sin cordura, sin respeto y sin definir siquiera sus propios objetivos. Sólo por la fuerza y la prepotencia, sin vocación de diálogo y apelando a la violencia como método exclusivo”, agregó.
Ferreyra destacó que la actuación de la Gobernadora impidió que se desatara un caos generalizado.
“La Gobernadora Lucía Corpacci trabajó 20 horas y sólo se retiró de su despacho cuando el conflicto había sido solucionado. Convocó a las fuerzas nacionales para garantizar la seguridad de la población ante la sublevación de la policía local. Coordinó la tarea de protección de la población, lo que evitó que se registraran víctimas fatales o masivos saqueos, como ocurrió en otros puntos del país. Dialogó personalmente con las personas que quienes protestaban designaban como sus representantes y llegó a un acuerdo con cada uno de los enviados por los manifestantes, acuerdos que los propios manifestantes rechazaban desconociendo la representación de quienes ellos mismos enviaban”, observó Ferreyra.
El funcionario valoró el hecho de que “la Gobernadora permaneció en todo momento en su lugar de trabajo. Aún con la Casa de Gobierno virtualmente sitiada y su propia integridad física en riesgo, no aceptó retirarse del lugar ni ser retirada. Y salió por la puerta principal cuando pudo solucionar el conflicto y la situación estaba normalizada”.
Ferreyra reveló además que “diversas agrupaciones militantes, organizaciones sociales y ciudadanos intentaron movilizarse a la plaza para respaldar a la Gobernadora durante la crisis. Lucía Corpacci les agradeció pero consideró más prudente que se quedaran en sus casas para evitar posibles enfrentamientos y priorizar la seguridad de los ciudadanos y de los propios policías que protestaban”.
“Se comunicó con el Obispado de Catamarca para mostrar la transparencia de las negociaciones y poner un testigo ecuánime en la mesa de diálogo. El Obispo designó a dos sacerdotes que se ofrecieron además como mediadores para dialogar, y fueron humillados y agredidos por policías, que ni siquiera quisieron escucharlos. En pleno conflicto la Gobernadora convocó a la prensa para dar la cara y explicar la situación a toda la comunidad. Llamó a la reflexión y a la cordura. Detalló la imposibilidad real de acceder a los pedidos de los policías, en virtud de las limitaciones presupuestarias y los compromisos a asumidos con otros miles de agentes estatales”, puntualizó.
Terrorismo informativo
El secretario de Gabinete también se detuvo en las repercusiones de los hechos, al precisar que “a pocas horas de iniciarse el conflicto, comenzaron a circular por las redes sociales (con repercusión en algunos medios) falsas informaciones sobre supuestos saqueos a supermercados, para lo cual se utilizaban fotografías rescatadas de internet, con imágenes de góndolas arrasadas en lugares como Bariloche y Córdoba”.
“La táctica es recurrente. Hace algunas semanas, mientras se convocaba a una marcha contra la inseguridad, se viralizó la noticia del hallazgo del cadáver de una joven, información falsa que se difundió premeditadamente para buscar una mayor adhesión a la protesta. Más cerca, hace pocos días, se informó por las mismas vías (y por medios de prensa) sobre el secuestro de una menor en una combi blanca. La versión se sostuvo pese a que el propio padre de la niña explicó que el rodado era suyo, la niña era su hija, y subió llorando al vehículo por una maniobra brusca e involuntaria que le provocó un golpe mientras él conducía. Casi todos los días se dan a conocer informaciones falsas de similar tenor, con mensajes siempre acompañados por consignas como ‘DIFUNDANLO!!!!’”.
Opinó ante este conjunto de situaciones que “la intención clara y definida es generar incertidumbre, zozobra y temor en la población; a partir de la sencilla y perversa lógica que supone que ese temor se traducirá en automático descontento hacia el Gobierno, y el consecuente beneficio político para quienes intentan recuperar el lugar perdido en las urnas”.
“La consigna fue públicamente aceptada: ‘Si los problemas sociales crecen, más posibilidades tendrá el FCyS de volver’”, mencionó en referencia al titular de un artículo con declaraciones del concejal capitalino Federico Pagué, publicadas en diario La Unión, en su edición del viernes 29 de noviembre de 2013.
Pese a la gravedad de la situación, Ferreyra indicó finalmente que “se actuó con firmeza, con cordura; se escuchó y se respondió de manera razonable, priorizando la seguridad de la población, lo que permitió normalizar la situación”.
