Por el momento, se cuenta con aproximadamente 100 hectáreas, que fueron donadas por sus dueños. El proyecto, plantea el trabajo conjunto entre el municipio y la Universidad Nacional de Catamarca (UNCa.). La municipalidad, brindará servicios de obras públicas y una vez instalado el equipo en el lugar, se buscará la preservación y conservación de restos arqueológicos.
Al respecto, Criscauski dio a conocer que hace 22 años que viene trabajando en la investigación del Pueblo Perdido y que hay muchos estudiantes que se han recibido de arqueólogos y están trabajando en el lugar. “Siempre hemos trabajado en conjunto, nosotros haciendo la investigación y el municipio contribuyendo con herramientas y con personal de obra cuando hay que limpiar”, destacó.
Según precisó el investigador, hasta ahora se ha podido conocer toda una fase de la cultura aguada, mediante la excavación de alrededor de 15 recintos de habitación completos.”Tenemos toda la información y sabemos para qué servían, cómo se usaban, cómo vivían en ese lugar, qué materiales usaban, que hacían ellos y varios que venían de otros lados”, precisó.
Por último, dijo que se debe acrecentar la investigación con nuevos trabajos y, especialmente, limpiar lo que fue la parte ceremonial del sitio, que está enterrado y dejarlo a la vista para poder explicarlo y aumentar el atractivo turístico.