Silvina Ocampo nunca tuvo el carácter dominante ni el afán polemista de su hermana Victoria; rehuyó cuanto pudo las entrevistas y se desinteresó de los mecanismos publicitarios cada vez que decidió publicar una obra nueva. Como si fuera poco, eligió tener un rol ignoto en el trío creativo que la tuvo como protagonista junto a Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
Tanto desdén por la vida pública dio como resultado una de las omisiones más notables en la historia de la literatura argentina, que recién se comenzó a saldar hace cuatro años cuando Emecé anunció su decisión de publicar las obras completas de la autora. (Télam).-