Tal como lo adelantó LA GACETA, en su edición de hoy, el Arzobispo de Tucumán ofreció este duro diagnóstico de la realidad nacional en representación de los 29 obispos argentinos que participaron de la tercera tanda de prelados connacionales en visita "ad límina".
En marzo pasado, cuando viajó a Roma la primera comitiva encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio, se levantó una fuerte polémica con el gobierno de Cristina Fernández, después de que el secretario general del Episcopado, monseñor Enrique Eguía Seguí, dijo en Radio Vaticana que "la corrupción está ya institucionalizada" en el país, consignó hoy un cable de la agencia DyN.
Esta mañana, luego de inaugurar el molino harinero Trigotuc, en Banda del Río Salí, el gobernador José Alperovich, fue consultado por la prensa acerca del pronunciamiento de la Iglesia, a través de monseñor Villalba. El mandatario no quiso polemizar con el prelado. "Respeto mucho lo que dice, pero no lo leí", puntualizó.
Sin embargo, ante el requerimiento periodístico sobre si hay clientelismo político en la Argentina, el mandatario remarcó que la dirigencia política no puede subestimar a los sectores más humildes de la sociedad.
"No puede haber dirigentes que crean que porque la gente sea humilde será llevada de las narices (a votar). A la hora de poner su voto, sabe por quién debe hacerlo y no porque le dan un bolsón", acotó. Y afirmó: "con los pobres no se juega".
Alperovich insistió en que no se refería al pronunciamiento de monseñor Villalba, sino al pronunciamiento de parte de la dirigencia política. ¿Se repartirán bolsones?, se le consultó.
"Nunca hubo bolsones", contestó el jefe del Poder Ejecutivo. Y remarcó: "por lo menos (el Gobierno) nunca dimos bolsones".
Fuente/ LA GACETA ©