Catamarca
Martes 23 de Abril de 2024
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Atropello minero

Sentencia previa

Desde hace varios días se vienen escuchando las voces, tímidas pero firmes de un puñado de pobladores más catamarqueños que el poncho, curtidos por el frío y la escasez, perdidos allá a 150 kilómetros de San Fernanado del Valle, en una localidad que desde hace décadas fue condenada al olvido por las autoridades que, como siempre visitan y prometen en tiempos previos a elecciones.
Hoy, el destino parece haberse ensañado nuevamente con este pueblo, como si no fuera suficiente castigo el estar olvidados, como si no hubieran sido literalmente vejados por extranjeros con la apertura de una zanja de punta a punta del valle, de un mineraloducto para que pase el oro de los gringos que muy lejos están de saber las cuestiones domésticas.
Aconquija, 1200 habitantes, con cero ganancias de producciones propias, donde la poca población que tiene, los únicos tocados por la varita de la suerte son quienes han sido señalados a ser empleados estatales, es decir, municipales que arreglarán las calles, cargarán camiones con arena o piedra, recogerán residuos, o viales que estarán mas lejos de sus familias echando tristemente un poco de tierra en las rutas destruidas, se bien ser policía, soportando el hecho de ser mal mirado por el resto, si, porque al policía por estos tiempos se lo mira de reojo.
A esa misma policía que recibió la promesa de parte de las poderosas empresas mineras, que les iban a regalar una camioneta 4x4 si evitaba que la población hiciera los cortes de ruta que hace sobre el puente Río Pizavil.
Cortan la ruta para evitar ser nuevamente ultrajados por el mismo quien años antes les tendió un tubo que lleva riqueza y muerte, en medio de sus vidas. Hoy, atentos a una posible contingencia, según palabras de los mismos empresarios, se pretenden hacer abusivamente piletones de drenaje a escasos metros de casas de familia. Pero el cuestionamiento de la gente de Aconquija es el siguiente: “Pero estos están locos?, Por qué se abusan tanto? Por qué ese ensañamiento en meterse en nuestras vidas hasta la última intimidad?...y hay muchos lamentos más.
Acaso hay que permitirles a estos pregoneros de la muerte que sentencien previamente a muerte a muchos hombres catamarqueños que aún no saben cuál ha sido su pecado, y lo que es más grave aún, ni siquiera han nacido. Tanta deshumanización provoca un pedazo de metal brillante que ni siquiera en las dimensiones de un lingote queda en la provincia cuando ellos se están llevando toneladas por miles. Las cosas evidentemente empezaron mal, continúan mal y seguirán peor, pero peor para la gente, para el poblador que nada gana con las inversiones mineras, ni con las regalías, el poblador que solo sabe de ganarse el pan de cada día a base de honestidad, sufrimiento y mucho sudor de su frente, el hombre que es el prototipo del sudamericano, vuelve a ser castigado, vuelve a ser manoseado por extraños, por extranjeros que se adueñaron de sus vidas.
Pero este hombre sufrido como lo sabemos, tiene sorpresas, sabe luchar, defenderse honestamente a manos limpias, incapaz de hacer trampas aún cuando sabe que el rival es tremendamente poderoso, por eso desde ese tímido grito pide el acompañamiento de todos los sectores, pide por la vida, pide por trabajo pues el mismo sueño de riqueza que provocó el discurso político de insensibles dirigentes provinciales y nacionales, es el que lo está sumiendo en la desesperación de saberse condenados a muerte sin haber cometido pecado alguno.

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