Esos trabajadores protestantes iniciaron una huelga el 1º de Mayo de 1886 y tuvo su grado más alto de impacto el 4 de mayo del mismo año. Aunque parezca increíble, en EE.UU. no se festeja ese día el “Día del Trabajador” como lo hace el resto del mundo.
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. (El Diario 24.com)