A las filas de tres cuadras de autos, camiones y motos, se sumaron personas a pie y en bicicleta. Sin una gota de nafta en sus vehículos, no les quedó otra alternativa que tomar los bidones. Ayer, la mayoría de las estaciones de servicio no tenían naftas ni gasoil. Encontrar GNC demandaba recorrer varias playas y la paciencia necesaria para esperar entre una o dos horas.
A una estación Refinor, de avenida Virrey de Toledo, el transporte cisterna arribó a la madrugada. A las diez de la mañana (en menos de cuatro horas) se habían agotado los 6 mil litros de gasoil, los 5 mil de super y los 4 mil de la línea “Refinor 97”. El encargado explicó que antes de la escasez, esos volúmenes duraban cinco días.
Conos naranjas indicaban la ausencia de combustibles líquidos en los surtidores de las calles Mitre y Rivadavia. Un playero dijo: “Estamos cero hace varias horas”. Su compañero agregó que el miércoles a la tarde, un camión los abasteció con 7 mil litros de nafta super pero la desesperada demanda los dejó sin nada en cinco horas. Esa cantidad, semanas atrás, se acababa en tres días.
El faltante de combustibles lleva casi un mes pero se agudizó en los últimos diez días. La crisis se agravó el lunes y el martes cuando a cientos de hogares y comercios de la ciudad, San Lorenzo y Vaqueros les cortaron el servicio de gas por la baja presión en las redes. Sin combustibles y sin el recurso para combatir el frío y cocinar en las viviendas, quedó al descubierto la fragilidad del sistema energético argentino.
En las playas que recorrió El Tribuno, los empleados y propietarios indicaron que esperan camiones para las próximas horas. En algunas, las mangueras están cruzadas hace más de tres días. Así, no vislumbran que la situación se normalice entre hoy o mañana y calculan que el problema se extenderá durante dos semanas, ya que fue grave el piso que se tocó. Además cuestionaron la desactualización de los cupos de combustibles ante el crecimiento del parque automotor.
Por las bajas presiones y los cortes domiciliarios, Gasnor había inhabilitado a 24 expendedoras de GNC. Ayer a la tarde volvieron a operar 21.
Menos del 50%
De los $300 que recaudaba en 12 horas, en las últimas jornadas se redujo a $150. El remisero José Lara calificó como lamentable la falta de combustibles en Salta, sobre todo para quienes trabajan “sobre ruedas”.
Sin nafta, gasoil ni gas natural comprimido, hasta la forma de pago se vio afectada por la peor debacle de energía que vive Salta. En varias estaciones de servicio ya no se reciben tarjetas de crédito y la única forma de pago es el efectivo. Otras, para extender la provisión, ponían un límite de $100. (El Tribuno Salta)