Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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Sobre el dibujo, la comunicación y el autismo

Miguel Gallardo, referente del cómic adulto y del under ochentoso de España, visita por estos días Comicópolis y es además autor de dos reconocidas novelas gráficas donde narra el vínculo con su hija autista, experiencia que dará a conocer durante una serie de charlas, la semana próxima, en distintos espacios porteños.
Gallardo suele dibujar para The New Yorker; publicó en "El víbora", la revista de España más longeva en viñetas para mayores (1979-2005); creó a Makoki, el antihéroe más radical del cómic alternativo en su país; y en 2007 publicó "María y yo", una novela gráfica sobre el vínculo con su pequeña hija autista, que este año tuvo su secuela en "María cumple 20 años", donde narra la experiencia junto a su hija ya adulta.

El ilustrador nacido en Lérida en 1955, es además autor del documental "María y yo" y de los cortos animados "Academia de especialistas" y "El viaje de María", todos accesibles en Youtube, donde describe el peculiar mundo de un autista y sus seres queridos y repasa con humor sus asombrosas habilidades, como armar rompecabezas al revés, mirando el blanco y no la imagen; ser el mejor cortador de papeles al bies; o una melómana de oído absoluto.

El primer libro sobre el tema se convirtió en una referencia para padres -con 20 mil copias vendidas en ocho idiomas- y generó un espacio donde el dibujante dice sentirse "como en casa", ya que él mismo es un padre que busca la forma de hacer la vida de su hija más confortable y saludable, y además, como ilustrador, es capaz de comunicarla.

"Es una necesidad personal que además ayuda, la gente no imagina autistas adultos, un niño por muchas cosas raras que haga siempre será un niño, pero crece" y esas cosas que no deja de hacer generan otras reacciones, menos amigables, en el entorno, señala a Télam Gallardo.

María grita cuando algo no le gusta, toma la comida del mostrador sin preguntar, pellizca a las personas para establecer contacto, no puede esperar: todo eso es parte del Trastorno del Espectro Autista (TEA), nombre que responde a la cantidad de variantes que presenta, muchas de ellas inexplicables para la ciencia y socialmente incómodas.

"Tiene 20 años y sigue haciendo lo mismo que de niña -repasa su padre-; y aunque haya adquirido mucho vocabulario su forma de conversación no es pregunta y respuesta, está hecha de repeticiones y de listas -parece poder recordar los nombres de cada persona que pasó por su vida-, por lo que hay que tender un puente para entenderse con ella".

Así nacieron cientos de agendas que Gallardo lleva dibujadas para ordenar la rutina de su hija, a partir de grafismos y consignas simples que repasan juntos una y otra vez, como 8.30 levantarse, 8.45 bañarse, 9.00 desayunar.

Ocurre que muchas personas que padecen TEA reciben la información del exterior por canales no convencionales, estímulos que no pueden discriminar ni ordenar en función de su importancia y que captan en simultáneo, creando una sensación de ruido y confusión, postulan diversos investigadores.

En ese marco, las agendas "son muy importantes" para Gallardo, porque a pesar de que su hija adquirió mucho lenguaje, reconoce mejor los aspectos visuales.
"Dibujo lo que fue ocurriendo en el día -rápidamente, a mano alzada- y en base a repetir este relato varias veces le voy preguntando cosas como qué le ha pasado en la escuela o si le gusta ir de compras, cosa que es evidente que no porque a mí tampoco", sonríe, tal vez recordando la manera en que se defendió de las vendedoras durante su última visita a una tienda.

Gallardo habla de una trinchera, "quien mira a María me está mirando a mí", dice evidenciando un trastorno no tan socialmente aceptado como el Síndrome de Down, "que ha tenido una excelente campaña de marketing".

"La gente reconoce a un Down, pero un autista es una persona común y corriente que hace cosas muy raras -resume-, aunque he alcanzado el punto de no impacientarme, es algo que debe resolver el otro si le incomoda" porque, como describe con ironía en el documental, "ir por ahí con María es más o menos como ir con Madonna. Entras a cualquier sitio e inmediatamente se convierte en el centro de atención".

Entre los temas que abordará -los próximos lunes a las 21 en la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL) de Callao 1033 y martes a las 10.30 en el Banco Ciudad de Uspallata 3100- está "la cuestión un poco amarga de qué va a pasar cuando no estemos nosotros", algo que más allá de las redes de contención que pueda prefigurar no ve con expectativas favorables "porque a la sociedad le importa un carajo", sentencia, tajante.

Por eso "estoy muy metido en la educación -asegura -. Hay que educar a la sociedad -no sólo a los padres-, a policías, empleados, profesores, alumnos que deben saber algunas cosas básicas, como que cuando María chilla no es que esté enfadada con ellos ni que estén matando a nadie".

Por otro lado, se distancia de quienes lisonjean la idea de que "tener un niño así es como un ángel del cielo. De ninguna manera -niega contundente-, aunque de María sólo pueda agradecer lo que me ha dado, ha cambiado mi forma de mirar y vincularme con las personas, me ha pasado de la zona del ilustrador ocupado en su carrera y status quo, a otra donde no nada de eso importa y mis dibujos, de alguna manera, son importantes para algo".

Además del ilustrador punkie y el padre que busca visibilizar un trastorno "que cada vez se detecta en más personas, una de cada 80", Gallardo es un dibujante "cabreado" con la campaña #yosoycharlie "por vacía", surgida tras el atentado yihadista a la revista francesa Charlie Hebdo, que causó 12 muertes en enero último.

La misma campaña que "en su manifestación final reunió al presidente de España, Mariano Rajoy, que se ha hartado de censurar revistas, grupos de derecha que odian la inmigración, e hizo que todo el mundo saliera en las redes con el puto dibujo del lápiz sangrando", remarca.

"Si eso es lo que ha causado el cabreo del Islam vamos a hacer humor sobre eso, pero no me voy a quedar en ese simple lapicito lleno de sangre que es como un testimonio de nada, es responsabilidad cero con lo que pasa".

"El 80 por ciento de los que publicaron el lápiz en las redes no se habían leído un Charlie en su vida, y si lo hubieran hecho probablemente no se hubieran unido porque es muy crudo y muy bruto y tienes que estar de acuerdo para decir 'yosoycharlie'", dispara.

De hecho el hashtag de la semana pasada fue #yonosoycharlie, tras el llamado de atención hacia la situación de la inmigración en Europa que hizo en su portada la revista, recurriendo a la imagen del niño sirio hallado muerto en playas turcas.

"Cuando pasa algo de esto, el mundo occidental se rasga las vestiduras, pero no hace nada, como ocurre con la inmigración ahora mismo" y "para mí el humor no debería tener ningún límite, creo que es la misma función que el bufón en la corte, que al final le cortaban la cabeza porque decía la verdad", concluye.

El jueves 24 de septiembre a las 21 Gallardo volverá a presentarse en EOL como parte de la Noche Preparatoria de las jornadas sobre autismo; y el viernes 25 a las 19.45 participará de la "Noche de psicoanálisis", en el aula 14 de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), situada en Hipólito Yrigoyen 3242.


Fuente: Télam

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