"Habría que tener especial cuidado con el modo de comunicar una noticia de estas características. Porque hablar o escribir en términos generales sobre la acción exitosa del papa Francisco en este viejo conflicto entre Cuba y Estados Unidos, tiende a reforzar una mitología tácita, muy afín a la iglesia, sobre las capacidades extraordinarias, vale decir, sobre los atributos carismáticos del hombre sagrado.
Si no se historizan las políticas de intervención papal en distintas partes del mundo y en distintos momentos, si no se reconstruye, aunque sea hipotéticamente, el lugar, la tarea, la función específica que cumple en la negociación entre ambas partes, si no se comprende tampoco el mandato institucional del cual Francisco es sólo un portador así como los límites que el contexto -en este caso geopolítico- le impone a su cargo; entonces es muy difícil calibrar el peso específico y el alcance que tienen sus acciones.
El peligro radica en que la noticia periodística reedite, sin saberlo, un tipo de razonamiento religioso: la idea de que el papa, como la divinidad, actúa de formas misteriosas y que al resto de la población solo nos resta contemplarlo en sus efectos, sin preguntarnos nunca por la historia, la función y el medio en el que se desenvuelve sus gestos públicos, ciertamente menos libres y espontáneos de lo que se presentan. Es el riesgo de tomar a las personas y a los hechos por el modo en que ellos mismos pretenden mostrarse.
Fuente: Télam