Y continúa manifestando que “la inexistencia o falta de contenedores en el barrio obliga, en muchos casos, a los vecinos a arrojar residuos en las calles que permanecen allí durante un largo período de tiempo facilitando la presencia de roedores y animales que pueden transmitir distintos tipos de enfermedades infectocontagiosas”.
En otro de los tramos del proyecto menciona la peligrosidad que representan los basurales para los niños que utilizan la zona como ámbito de juego.