Indicó además que “en las zonas rurales donde no existen sistemas de evacuación colectivos de las aguas servidas, se deben tomar algunas previsiones e implementar programas tendientes a impedir y/o controlar la dispersión de enfermedades contagiosas, especialmente parasitarias”.
“Mientras en las ciudades, la solución ideal es la recolección de las aguas negras o servidas por medio de una red de alcantarillado y el posterior tratamiento en plantas de tratamiento de aguas servidas, en las áreas rurales, con poca densidad de población, la solución técnica más viable son las letrinas”, dijo luego.
“Si bien la letrina en sí es una construcción muy simple y económica, hay una serie de normas que no son respetadas en su construcción con lo que se desvirtúa su objetivo y, como consecuencia de ello, su eficiencia. En muchos de los casos, las excretas son depositadas sin control y a cielo abierto, contaminando de esta manera el suelo, el agua y el aire, y en definitiva, se está contribuyendo a la contaminación y propagación de enfermedades contagiosas, especialmente parasitarias, y el consabido deterioro del nivel de salud y confort de la comunidad”, indicó el legislador.