Catamarca
Jueves 18 de Abril de 2024
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Mons. Luis Urbanč, en la celebración de Corpus Christi

“Sólo en la Eucaristía se forjan los hombres y mujeres humildes que necesita nuestra Catamarca para transformar la realidad”

El domingo 25 de mayo por la tarde, en la plaza 25 de Agosto, la Iglesia Diocesana de Catamarca celebró la Solemnidad de Corpus Christi con una misa presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por sacerdotes de las distintas parroquias de la ciudad capital.
(DIARIOC, 26/05/2008)De la misma participaron autoridades civiles, policiales, legisladores; directivos, docentes, abanderados y escoltas de los distintos colegios, quienes dieron un marco especial al acto litúrgico; y fieles en general.

Finalizado el oficio religioso, se concretó la procesión con Jesús, presente en la Sagrada Eucaristía, que fue encabezada por el estandarte eucarístico, portado por el presidente del Concejo Deliberante de San Fernando del Valle, Simón Hernández.

Durante el trayecto, que comprendió avenida Güemes y calle Sarmiento, los asistentes elevaron súplicas y manifestaron la alegría a través del canto y los aplausos. Una verdadera manifestación pública de fe, que finalizó con la bendición final, la oración por la Patria y la entonación de las estrofas del Himno Nacional, como homenaje a la Patria, nacida hace 198 años, y que coincidentemente celebramos los argentinos en la misma jornada.

Durante su homilía, el Señor Obispo agradeció la presencia de quienes se dieron cita en la Placita de la Estación para celebrar la fiesta en honor al Santísimo Cuerpo de Jesús, que “es la puesta en práctica de lo que Jesús nos dijo en el Evangelio con toda contundencia: `Todo aquel que me reconozca ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre del Cielo, y todo aquel que se avergüence de mí delante de la gente, yo me voy a avergonzar de él delante de mi Padre´. Hoy hemos venido a decirle a Jesús que no nos avergonzamos de El, que lo reconocemos verdaderamente presente en las especies del pan y del vino como alimento para todos nosotros”.

Nuestra Patria necesita a Cristo

Haciendo referencia al 25 de Mayo, el pastor diocesano expresó: “Hoy también dentro de la Providencia de Dios, estamos celebrando este Corpus Christi, en el marco de recordar y de orar por nuestra Patria cuando está cumpliendo 198 años de ese primer grito que aquellos ciudadanos de entonces elevaron a Dios y al mundo entero, de que queremos vivir en libertad, que queremos asumir la responsabilidad de ser libres, pero no libres prescindiendo de Dios. Esta Patria ha nacido en Dios y para Dios, y nosotros hoy, en esta celebración en honor al Santísimo Cuerpo y a la preciosísima Sangre de Cristo, queremos refundar nuestra Patria en Cristo, nuestra Patria necesita a Cristo, todo ser humano necesita a Cristo, y esto es lo que nosotros hacemos hoy públicamente, proclamar abiertamente, que Jesucristo es el Señor, el Señor de nuestra historia, el Señor de la creación; y el Señor de la vida”.

Jesucristo es la vida

“Mis queridos hermanos, el don más precioso que tenemos es el don de la existencia, esa existencia que tiene este periplo que le llamamos vida terrena, vida limitada, pero que esta vida terrena, limitada, nos está llevando a la plenitud de la vida, que es Jesucristo. Por eso, El ha querido quedarse en la Eucaristía, El ha inventado desde su corazón quedarse con nosotros”.

“Jesucristo viene a traer al mundo vida plena, y para eso estamos nosotros, para eso el Señor nos ha convocado a ser miembros de su Iglesia, de esos íntimos, pero no cerrados en sí mismos sino abiertos a que los íntimos de Jesús lleguen a ser todos los hombres y mujeres que están en este mundo”.

“Los católicos no somos un círculo cerrado, no somos un grupo cerrado, no somos una elite, somos sencillamente los amigos de Jesús convocados por El para ir a buscar a todos los que le pertenecen, porque El ha dado la vida por todos los hombres que han venido, que vendrán y que están en el mundo”.

Venimos a celebrar la vida

“Mis queridos hermanos, en el texto del Evangelio que hemos escuchado, la palabra vida se repite permanentemente. `Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud. Yo he venido para que ustedes permanezcan en mí y Yo en ustedes; Yo he venido para darles la vida eterna, para resucitarlos a esa vida´, esto es lo que nos reúne, mis queridos hermanos, ninguna otra cosa”. “Cuando sólo nos ocupamos de los quehaceres de este mundo y nos olvidamos de la meta final, que es la vida que Cristo nos da, somos las personas más dignas de lástima que hay, y ése es nuestro mensaje profético, éste es nuestro mensaje que escandaliza al mundo, por el cual el mundo nos persigue, por el cual el mundo nos odia, por el cual el mundo no nos acepta, porque venimos a celebrar la vida, no la mentira de vida que nos ofrece el mundo, sino la vida verdadera. Y por eso hoy le vamos a pedir a Jesús que nos abra el entendimiento, que nos ilumine, que nos dé la sabiduría, que nos abra el corazón, que nos ensanche el corazón para poder acoger su vida, acogerlo a El, porque El es la vida”.

El fruto de la unidad

“Hoy escuchábamos en la segunda lectura que el fruto que da esa vida es la unidad. Decía el apóstol Pablo a los cristianos de Corinto en este texto tan breve pero tan denso: `La copa que bendecimos, ¿acaso no es la comunión –común unión- en la Sangre de Cristo? Y el cuerpo que compartimos, que repartimos, ¿no es acaso la comunión en el Cuerpo, en la carne de Jesucristo?´. La vida es una, la vida desaparece cuando hay división; la vida es unidad, la vida es comunión, la vida es una profunda comunión con Dios y en Dios con los hermanos. Y esto es la unidad, y nosotros estamos llamados a compartir ese único pan que es Cristo. El, de nuestra diversidad hace la rica unidad, y esa es la Iglesia, diversidad, rica unidad. No nos repetimos, pero todos estamos unidos en Cristo, formamos un solo cuerpo porque participamos de un mismo cuerpo; todos estamos integrados en la única persona mística de Cristo, El es la cabeza, nosotros su cuerpo. Ese es el destino para el que hemos sido creados y convocados, y esa es la misión que a nosotros se nos da de construir la unidad, de hacer visible la unidad, de hacer rica la unidad”.

Queremos que participen de nuestro gozo

“Por eso hemos venido a celebrar a Jesús aquí, en la calle, porque nosotros lo queremos gritar a los cuatro vientos, queremos que todo el mundo se entere, queremos que todo el mundo participe de nuestro gozo, de nuestra convicción, de nuestra certeza, de nuestra ilusión diaria de formar la unidad en torno al único pan que es Cristo. Y por eso Jesús, para que nosotros percibamos que realmente lo necesitamos a El, nos dice: `Yo para ustedes soy comida´. Es por eso que estamos celebrando al verdadero pan de vida, El es la vida, todo lo otro pasa. Cristo no pasa. Y nosotros no pasaremos si estamos unidos a Jesús”.

El ejemplo de Juan Pablo II y la Madre Teresa

“Mis queridos hermanos, la Eucaristía hace a la Iglesia, y la Iglesia hace la Eucaristía. ¿Nosotros queremos renovar nuestra Iglesia? Solamente lo conseguiremos si nos volvemos profundamente, entrañablemente, eucarísticos. La Eucaristía nos dará la fuerza para la misión, para salir de nuestra apatía, de nuestra indiferencia, de nuestra dejadez, de nuestros miedos, de nuestra cobardía. Y por eso quiero hacerles ahora memoria de la figura de Juan Pablo II. El es no solamente para los católicos, sino para todos los hombres del mundo, un hombre admirado y admirable. ¿Ustedes saben por qué Juan Pablo II es un hombre admirable y admirado? Porque fue un hombre profundamente eucarístico. La distinción de la vida de este hombre, que tenía tanto trabajo, ha sido estar al pie de la Eucaristía, todos los días. Y por eso me hago esta invitación a mí, le hago esta invitación a mis hermanos sacerdotes y les hago esta invitación a todos ustedes, que nos volvamos eucarísticos. Que Jesucristo, presente en la Eucaristía, sea el centro de nuestra vida, sea la fuerza, sea el motor, sea la luz. No crean que Juan Pablo II era un extraterrestre, que era un hombre que tenía muchas cualidades. No, tenía una fuerza, esa fuerza es Cristo y Cristo es la Eucaristía. Por eso ha tenido el valor de ir y encontrarse con los representantes de distintas religiones del mundo; por eso iba a tantos países, y se esforzaba por ir a buscar la paz, y por eso han caído regímenes totalitarios, porque él no hacía las cosas sino Jesús”.

Volvamos a la Eucaristía

“¿Queremos familias unidas, queremos tener trabajo digno? Volvamos a la Eucaristía. ¿Queremos tener justicia? Volvamos a la Eucaristía. ¿Queremos tener gobernantes dignos, comprometidos con su gestión? Vayan a la Eucaristía, si no no cambia nada.

En cierta ocasión, las monjas que se dedicaban a atender a los pobres, a los que se estaban muriendo en la calle, le dicen a la Madre Teresa: `Hermana, no nos alcanza el tiempo, ¿qué podemos hacer para que tengamos tiempo para atender a tantos?´ La monja ¿qué hizo? En lugar de una hora de oración al Santísimo, dos hora de Santísimo cada día; y todas tuvieron tiempo para atender a los enfermos, a los humildes, a los moribundos. Ese es el ejemplo de los Santos, Santos de nuestros días, que todos los conocemos, y tenemos que imitarlos si queremos renovar nuestra sociedad, si queremos renovar nuestras familias, si queremos renovar nuestra Iglesia. Solamente mirando a Jesús Eucaristía, si nos volvemos eucarísticos, esta Iglesia de Catamarca se renueva, esta Iglesia de Catamarca se vuelve misionera. Los pastores y los fieles, todos, seremos verdaderamente misioneros y creíbles en nuestra vida, porque el que hace la obra es el Señor, no nosotros”.

“Solamente en la Eucaristía se forjan los hombres y mujeres humildes que necesita este mundo, que necesita nuestra Catamarca para transformar la realidad, para que nosotros tengamos la vida, solamente desde esa humilde actitud de reverencia y de reconocimiento frente a Jesús en la Eucaristía”.

A docentes y estudiantes

“Esta fiesta del Corpus Christi tiene que ser para nosotros el poner sobre el altar y nosotros comprometernos a que estos tres grandes sectores que estamos tocando a lo largo de este segundo año de preparación al Centenario realmente se renueven desde la Eucaristía.

En primer lugar, ese gran sector, decisivo, importantísimo sector de nuestra sociedad, como es la educación. Vamos a pedirle a Jesús que entre como vida verdadera y plena en el corazón de nuestros educadores, en el corazón de nuestros educandos. Jesús tiene que entrar en el corazón de cada docente, que cada docente, humildemente se acerque a Cristo en la Eucaristía, que lo reconozca como Dios , que lo reconozca como luz, como modelo de vida, como modelo de docente. Y que cada educando, niños, adolescentes, jóvenes, sepan reconocer en Jesús Eucaristía a Aquel que les da la verdadera sabiduría”.

A misioneros y catequistas

“Así también hacia dentro de nuestra comunidad eclesial, le pedimos a Jesús que a nuestros misioneros les dé la fuerza de la misión desde la Eucaristía.

Y a nuestros catequistas, que sean los verdaderos adoradores de Jesús, porque hasta el momento, el gran grupo de catequistas que tenemos está orientado a preparar a los niños para la Primera Comunión, es una catequesis eminentemente eucarística. También los preparan para recibir el don del Espíritu Santo. Pero la catequesis también está orientada a prepararnos para la vida, en todos aquellos que están trayendo un niño a este mundo y que quieren bautizar a ese niño, incorporarlo a la fe cristiana, ellos necesitan catequesis, necesitan formación, y tienen que hacerla desde la Eucaristía. Catequesis en orden al matrimonio, la vida en pareja; nuestros matrimonios necesitan ser matrimonios eucarísticos, porque así, Jesús los va uniendo entrañablemente y se cumple lo que El dijo: `Que el hombre no separe lo que Dios ha unido´. Ya no son dos, son uno, es eminentemente eucarística la afirmación de ser uno para siempre. Y también para nuestros hermanos enfermos, ¡cuánto necesitan la ayuda de la Eucaristía!, de ese alimento para prepararse al definitivo nacimiento en la Eternidad. Por eso la catequesis necesita ser eminentemente eucarística. Los misioneros, eminentemente eucarísticos; los educadores, los educandos, eucarísticos. Este es el objetivo de nuestra celebración de Corpus en este 2008. Ver todo desde la Eucaristía, alimentar todo con la Eucaristía porque sólo así tendremos la verdadera vida”.

Con familias eucarísticas van a brotar las vocaciones

“¿Y saben para qué es también importante esta vuelta de Jesús Eucaristía? Para que se aumenten las vocaciones sacerdotales y religiosas en nuestra querida Diócesis de Catamarca. Muy pocos sacerdotes, muy pocos religiosos tenemos en la diócesis, eso es signo de fragilidad, es signo de pobreza, no en el sentido espiritual de la palabra sino en el sentido lastimoso de la palabra, pobreza, de carencia. ¿Y saben dónde se forjan esas vocaciones? Al pie de Jesús en la Eucaristía, porque en la medida en que tengamos familias eucarísticas, las vocaciones sacerdotales y religiosas van a brotar, van a aparecer, van a estar, porque Jesús ha dicho: `La mies es mucha, los obreros son pocos. Pídanle al dueño de la mies que envíe muchos obreros a la mies´. Cuánto le tendremos que pedir a Jesús que nos dé entusiasmo, que nos dé fervor, que nos dé ganas, que nos dé convicción, que nuestras familias realmente se renueven en la Eucaristía.

Es la hora del hacer

“Mis queridos hermanos, es el momento de que todo esto lo pongamos por obra, dejemos ya de lamentos, dejemos ya de propósitos, dejemos ya de reflexiones, bajemos ahora a la práctica, es la hora del hacer, como nos salga, pero hacerlo, porque el Señor es nuestro Maestro, El nos va a ayudar a hacerlo bien, porque nosotros nos vamos a acercar a El, y El nos va a indicar lo que tenemos que hacer. Pidámosle al Señor humildad, docilidad y perseverancia en este propósito de hacer de aquí en adelante de nuestra diócesis, una diócesis profundamente eucarística.

Nuestra Señora del Valle, ruega por nosotros.

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