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Jueves 18 de Abril de 2024
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TUCUMÁN - SORPRESIVA VISITA

Sus primeras cartas fueron de amor a las madres

Alumnos de cuarto grado de una escuela pública concurrieron al Correo para aprender a escribir misivas por iniciativa de sus maestras. Los chicos se mostraron fascinados con la nueva experiencia. Algunos pusieron estampillas y otros pegaron calcomanías en los sobres. Escritos del corazón.
(DIARIOC, 30/09/2009) "Querida mamá: quería decirte que te amo con mucho amor". Con tinta azul y letra trabajosa, las palabras tomaron la forma de un sentimiento cristalino. Menudito, ojazos marrones, Iván Javier Santos, de nueve años, puso el papel en el sobre. Estaba emocionado. Agregó un chocolate y un dibujo. Hasta hacía unas horas, ni siquiera sabía que existían las cartas que viajaban en envoltorios. Entonces, dudó. "Seño, ¿demora mucho en llegar?", preguntó. "Y... unos cuantos días", contestó la maestra. Antes de meter la misiva al buzón, el niño sacó la golosina y se la comió. "Se podía derretir en el camino", explicó con voz baja, tímida.
Pelo lacio y castaño, cara finita, Denise Guyot escribió con letra prolija: "Te quiero mucho mamá. No me gusta que sufras y reniegues porque mi hermano no te hace caso". La pequeña tampoco conocía el correo ni mucho menos se imaginaba que se podía escribir una carta en un papel; hasta ahora sólo lo había hecho varias veces por mail.
La idea de llenar un sobre de palabras emocionó a Denise, al igual que a sus compañeros del cuarto grado de la escuela Mitre, que ayer a la mañana revolucionaron el edificio del Correo Argentino para enviarles correspondencia a sus mamás.
La idea surgió en el aula, mientras los alumnos estudiaban la comunicación epistolar. Las maestras María Eugenia Ezquer y Sara Rosa Córdoba decidieron que los niños, además de elaborar y redactar las misivas, pudieran enviarlas y de esta forma conocer cómo se comunicaban por cartas las generaciones anteriores a las de ellos.
Los pequeños de nueve y diez años resolvieron dedicarles sus correspondencias a las mamás, porque faltan pocos días para homenajearlas. Cada uno, como mejor pudo, fue moldeando con su puño y letra aquello que sentía y deseaba para su madre. En los renglones, casi todos expresaron amor y prometieron estudiar más y pelearse menos con sus hermanos. Algunos fueron más allá: pidieron que haya menos gritos en la casa y que mamá deje de renegar.
Compraron el sobre y lo llenaron. En el remitente, la mayoría prefirió escribir el nombre de soltera de su madre. Algunos pusieron estampillas y otros pegaron calcomanías de Dragon Ball Z o de Barbie. Hubo quienes quisieron añadir caramelos, monedas de 25 centavos y hermosos dibujos con arco iris y jardines floridos.
Habían pasado muchas veces frente al edificio de 25 de Mayo y Córdoba. Y, sin embargo, los chicos no sabían que allí funcionaba el Correo. Quedaron sorprendidos por las gigantescas escaleras. El pasillo central, donde las mañanas y tardes transcurren cada vez con más tranquilidad, se llenó de vida. Los más de 100 alumnos formaron una larga y ruidosa cola. Llevaban un peso en una mano y la misiva en la otra.
Para las maestras, este rescate emotivo de la carta tiene también otro objetivo: estimular la imaginación de los niños. "A veces la tecnología facilita todo y mandar una carta por correo demuestra un esfuerzo especial. Los chicos se emocionaron al escribir en papel y seguramente las madres también sentirán algo especial al recibir los mensajes. Esto no ocurre con el mail; es más frío. Por eso nos propusimos rescatar el vínculo que crea una carta tradicional. Ojalá nunca se pierda la magia", resaltaron las docentes.
Con ojos vivaces, cargados de dulzura, Juan Pablo Isa Luna, se puso en puntas de pie y entregó su carta a la empleada del Correo. "Le dije que la quiero mucho, y que voy a hacer todo lo que me pida", contó. Los alumnos se retiraron saltando por las escaleras que destacan la entrada al correo. Llevaban el ticket que aclaraba un envío de "carta simple" . Vieron el enorme buzón rojo en la vereda del edificio y enseguida imaginaron que allí se guardarían sus mensajes hasta llegar a las manos de mamá. En pocos días, ellas verán llegar emocionadas al cartero y sus manos acariciarán los testimonios de un gran amor.

La revolución estudiantil
La revoltosa visita de alumnos de la escuela Mitre alegró la tarea de los empleados del Correo. Cintia Santucho comentó que la masificación del uso del mail afectó principalmente al envío de cartas simples. Pero la práctica no desapareció y son los adultos mayores los que más usan el servicio. "Sería bueno que no desapareciera, porque es especial", dijo.

Fuente/ lagaceta.com.ar

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