El temporal dejó sin techo a más de 30 personas.
Precisamente, la caída de los postes provocó un prolongado corte de energía eléctrica y la incomunicación telefónica en toda la ciudad.
La jornada de ayer se presentó en Beltrán con elevadas temperaturas desde las primeras horas de la mañana, con una sensación térmica que superó los 59 grados durante la tarde, según manifestaron a EL LIBERAL vecinos de esa ciudad.
Pasadas las seis de la tarde, negro nubarrones fueron cubriendo la zona, pero el calor no cedía, por lo que nada hacía presagiar que 90 minutos después fuertes vientos de más de 100 kilómetros por hora comenzaran a soplar, produciendo devastaciones en las zonas periféricas beltranenses.
Mirta Paladea, una vecina del barrio Arroyito cuya casa resultó seriamente afectada, comentó a este diario que “desde hace varios años que no se veía un tornado de semejante intensidad, ha hecho un desastre, pero gracias a Dios que no hubo heridos”.
La fuerza del tornado hizo que las chapas volaran hasta 30 metros de la vivienda.
Como consecuencia de los fuertes vientos, que soplaron durante 30 minutos, y de la posterior intensa precipitación que provocó anegamientos de calles, hubo voladuras de techos que afectaron a varias familias de los barrios Arroyito, Arenales y Arenales Sud, así como a numerosos pobladores cuyas viviendas precarias están asentadas detrás del Canal de Luna.
Para auxiliar a los pobladores de los parajes cercanos al canal, a las 23 de ayer asistentes sociales de la Dirección de Desarrollo Social de la Municipalidad de Beltrán, acompañados por el concejal Walter Salvatierra, concurrieron al lugar a bordo de una ambulancia, debido que el camino de tierra estaba casi intransitable, llevando colchones.
En el barrio Arenales, la familia Orellana se encontraba anoche a la intemperie por la voladura de los techos de todas las habitaciones de la vivienda de material.
Aún así, los 13 integrantes del grupo familiar se negaban a ser evacuados por la Policía hasta el Centro Polideportivo y Cultural.
María Orellana, mientras recibía los colchones entregados por la municipalidad, relataba a EL LIBERAL: “Estábamos adentro de la casa cuando volaron las chapas, pero cinco minutos antes del tornado uno de mis hijos se encontraba afuera y se salvó de milagro que lo aplastaran las chapas porque entró a tiempo”.
Otro lugar afectado por los vientos huracanados fue el colegio secundario Remigio Carol, cuya tapia de más de dos metros de alto sucumbió al derrumbarse un pesado árbol, arrastrando más de 30 metros de mampostería.
También un automóvil que se encontraba estacionado sobre calle Tucumán sufrió las consecuencias por la caída de un árbol.
Antes de la medianoche, varias cuadrillas de obreros municipales habían despejado las calles, aunque algunas continuaban intransitables por la lluvia caída.
Fuente/ elliberal.com.ar
