Al tratarse de una actividad que solo se desarrolla a lo largo de 4 meses del año, el golpe es mucho más duro y ya se preven perdidas millonarias para el sector, que bajará su productividad con respecto a 2011.
Esta grave situación se produce a pesar que el gobierno se había comprometido a que no habría cortes.
Todavía no llegó el invierno más crudo y las interrupciones se suceden día a día. La situación derivará en una caída de la producción de azúcar que debilitará no solo la economía de la provincia de Tucumán, sino de todo el noreste argentino.