Catamarca
Sabado 20 de Abril de 2024
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Un Koch intimo revela secretos de su obra

El escritor holandés Herman Koch habló anoche sobre su obra, en especial sus dos últimas novelas -La cena y Casa de verano con piscina- en el clima distendido del Café Ámsterdam, el espacio ideado por la primera ciudad invitada de honor de la Feria del Libro para presentar sus actividades culturales.
"Cuando escribí La cena no tenía una planificación, pensaba en una familia conservadora que quería guardar sus secretos para sí", disparó Koch en diálogo con la periodista Silvina Friera, ante un público distendido sentado en las mesas que se reparten en el café, moderno, informal, con manchones naranjas y fotografías de los escritores invitados, ubicado en el Pabellón Amarillo.

Un centenar de personas escuchaban en silencio, mientras tomaban una cerveza y comían un sandwich o una picada, en tanto que el escritor de esta exitosa novela -en los primeros puestos del ranking de los más vendidos en The New York Time- revelaba al público algunas claves de su proceso creativo.

"Usted trabaja con eso que no se dice pero se piensa", azuza la periodista, a lo que Koch contesta: "Esto nunca lo he pensado así, pero sí intento que el lector diga «a partir de ahora no puedo olvidar cómo el escritor ha planteado el tema». Es importante incorporar matices".

Para Koch, "un novelista no debe tener opiniones firmes en su literatura, hay que dejar que se vea la duda, nunca revelar las opiniones personales".

El detonante de La cena, fue un hecho real, una indigente fue quemada en un cajero automático en España, "y cuando decidí escribir me pregunté cómo iba a contar el hecho, desde la mirada del hijo, de la madre o del padre ¿Qué es lo más fuerte?. El hermano del padre terminó siendo esa voz en off que casi lo veía todo y en las 40 primeras páginas el lector no lo sabe".

"Stephen King dijo en un libro que nunca cuando escribe sabe de antemano quien cometió el crimen, porque si no también el lector lo sabría. Y trato de hacer lo mismo, no hay pistas y siempre queda algún hilo suelto", dice y reitera la importancia de dejar instalada la duda.

"Es como en la vida real, nunca nada se soluciona del todo, ni todos los casos se llevan a la justicia", sentencia.

Acerca de los personajes de la novela, que transcurre en el lapso de una cena: el narrador llega primero y espera a su mujer y a su hermano, político, y a su esposa. Dos parejas que van a dirimir un tema muy serio relacionado con el accionar violento de sus hijos, algo que se va develando con estudiado lentitud a lo largo de las páginas desde el aperitivo hasta el café.

Aunque el lector no se lo espera, el político está dispuesto a entregar a su hijo a la justicia, a renunciar a su carrera. "En realidad todos piensan que ha sacrificado su carrera por su hijo, pero yo pienso en un acto egocéntrico, él hipoteca el futuro de su hijo", arriesga Koch y menciona a Brad Pitt y Angelina Jolie "acumulando hijos adoptados como caniches".

"Me molesta que la gente por lo general juzgue como buenas, algunas actitudes, que no lo son", dice saliéndose de su rol de escritor para opinar sobre las acciones que se desencadenan en su libro, abierto no sólo a una interpretación posible.

Esto sucede también en Casa de verano con piscina, donde una adolescente es violada y cuatro señoras sentadas en una mesa le cuentan a Koch que cada una piensa diferente acerca de quién en realidad fue el que lo hizo.

Esta novela, es la favorita del holandés, quien casado con una española habla un aceptable castellano, que genera una proximidad con sus seguidores. Pronto se establece un diálogo imprevisto y natural con los parroquianos del Café Amsterdam.

En tren de confidencias, Koch cuenta que: "No te jubilas cuando escribes, para combatir el aburrimiento escribiría hasta los 89 años, no pasa un día sin que escriba algo, lo necesito como el oxígeno. Cuando corro -algo que hace todos los días- una voz no muy calvinista me dice: ´Escribe algo hoy o relee alguna página´".

"Como escritor es mejor moverse en círculos de gente común, sino se limita mucho la percepción de la realidad, pero aunque la inspiración busca más allá de los amigos, también es divertido hacerlo. Siempre hay algo autobiográfico muy disfrazado en tu obra", continúa su charla de café, sin apuro, en plena feria.

Fuente: Télam

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