De inmediato, los efectivos dieron cumplimiento a lo dispuesto por el nuevo Código de Faltas, en cuyo interior estipula el secuestro del coche y la inmediata intervención de la Dirección Provincial de Transporte.
Según allegados al operativo, el adolescente sería hijo de un chofer y habitualmente cumplía la misión de trasladar a los pasajeros, desde Tusca Pozo hasta El Bobadal.
En la jerga del transporte, la tarea es denominada trasbordo. En la práctica, todos los colectivos grandes que llevaban pasajeros entre Santiago y Nueva Esperanza (Pellegrini) debían detener la marcha cerca de El Bobadal.
Al parecer, por inclemencias del terreno y para ganar tiempo, la gente era invitada a descender y pasar a otro coche Mercedes Benz, más chico, que era conducido por el adolescente.
Después de informarles a los pasajeros los detalles de las faltas descubiertas, un policía tomó el mando del volante y trasladó a los pasajeros hasta El Bobadal.
Posteriormente, en la subcomisaría de El Bobadal los cinco pasajeros prestaron declaración testimonial, explicando dónde ascendieron al colectivo y si era la primera vez, o no, que eran llevados por el menor.
Extraoficialmente, también se supo que en el transporte se habrían detectado -en principio- seis infracciones: la minoría de edad de su chofer, falta de cédula verde, del seguro y de la inspección técnica, además de neumáticos fuera de condiciones, entre otros.
Fuente: elliberal.com.ar