Sin embargo, a pesar de situarse en la lista por delante de Obama, Han Han reaccionó modestamente con un escueto: "Me da vergüenza".
Después añadió: "Sólo soy un escritor, tal vez la gente se quite de encima su enfado con mis artículos, pero ¿qué más si no?".
La influencia en China se convierte siempre en poder.
Han Han escribe: "Nosotros tan sólo somos actores insignificantes que están siendo enfocados en un escenario", pero el teatro pertenece a los poderosos y "ellos pueden bajar el telón, apagar las luces, cortar en cualquier momento la electricidad... y al final no queda nada".
Su única esperanza es que las autoridades sean benévolas con el arte, la literatura y los medios, sin censurarlos ni presionarlos demasiado.
Fuente: Télam.com.ar