Al lado de la capilla está la escuela Nº 51, que alberga a un puñado de entusiastas niños que llegan a clases, a veces, tras recorrer más de 10 kilómetros a caballo. Alejado de todo, el edificio se alimenta con paneles de energía solar y la directora debe quedarse a dormir como ocurre con algunos niños que viven lejos, bien lejos.
Fuente/ lagaceta.com.ar