Recorrió el largo trecho en 3 horas 11 minutos y llegó 6 minutos después que el ganador en la General, otro marino y compañero de la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA) donde ambos se encuentran destinados: el cabo principal Alberto Antonio Soraire de 32 años.
“La disciplina de 42 K ya es muy particular, porque son pocos los que apuntan a correr tantos kilómetros. Es muy dura; y yo creo que son desafíos personales para vencerse a uno mismo ya que no decimos no puedo”, aseguró el Suboficial Bazán.
“Al comienzo de la carrera hubo viento a favor e íbamos en bajada; se complicó a la vuelta, en subida y con el viento en contra. Realmente los últimos 10 kilómetros fueron difíciles y muy duros”, comentó Bazán.
Marino y maratonista
Moisés Bazán nació en San Fernando del Valle de Catamarca, y vivió hasta los 18 años en El Bañado, San Isidro, cerquita de la capital. Su mamá y sus 7 hermanos con sus sobrinos y demás parientes son catamarqueños.
“Viajo seguido porque no puedo estar sin ver ese paisaje donde nací, y admirar el clima seco. Extraño los tamales, que mi mamá me prepara al llegar: es una comida con maíz y carne envuelta en chala”, apuntó.
Actualmente vive en Murature, Punta Alta, al sur de la provincia de Buenos Aires con su numerosa familia: Elsi su esposa, y sus hijos, Natalia (29), Matías (21), Romina (19) e Iván (18).
De especialidad Furriel, el suboficial ingresó a la Armada en 1980 con 18 años por la influencia de su cuñado que en ese entonces era Cabo Maquinista de la fuerza. “Fue una decisión difícil, pero la familia siempre me apoyó mucho”, relató.
Al deporte le dedica martes y jueves, en los que corre unos 20 kilómetros como los fines de semana. “Son años; no es fácil, uno debe entrenar duro para poder correr tres horas seguidas”, comentó quien a los 36 años empezó a entrenar atletismo.
Su destino actual es en el Pañol de Equipo de la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA) en el que trabaja desde hace cinco años consecutivos, “nosotros vestimos con uniforme a todos los aspirantes navales de la escuela”, contó sobre su trabajo diario.
“Es importante –más allá de los resultados- la amistad que entablamos con los otros competidores y entrenadores. Es más importante que las medallas. Lo digo desde la voz de la vetenaría”, expresó el marino catamarqueño.
"Correr en las Islas Malvinas es uno de mis sueños, son 42 K en marzo. Todos los años se hace con maratonistas del mundo entero, es un sueño que tengo hace mucho tiempo ya…ojalá pueda cumplirlo”, concluyó esperanzado.
Por www.gacetamarinera.com.ar
