Desde su casa en el barrio de Forest Hill, Santoro aceptó realizar una entrevista con Télam luego de madurar mucho su decisión y saber que la voz podría llegar a entrecortarse, sólo para mantener viva la memoria de su hijo que se inmoló tratando de salvar vidas ajenas.
"Mario era paramédico, ese día estaba de franco y supuestamente iba a venir a cenar a casa. Sin embargo, al escuchar la primer explosión y ver lo que sucedía por vivir a tres cuadras, en la calle Fulton, se ofreció para colaborar. Tanto que el New York Times recuerda que la ambulancia que lo pasó a buscar fue la primera en llegar al sitio de la tragedia", relató. (Télam).-