El peligro está dado ya que desde hace un mes y medio se registran movimientos y hundimientos de tierra por la erosión constante de la barranca sobre la que está construído el éjido urbano.
La grave situación por la que pasa este pueblo emplazado a unos 100 kilómetros al norte de Paraná, sobre la margen del río homónimo, se debe a la erosión constante que sufre la barranca debido a las fuertes lluvias registradas últimamente -700 milímetros en dos meses, cuando la media anual es de 900- y al ascenso de las napas. (Télam)