Catamarca
Viernes 29 de Marzo de 2024
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Un recorrido por emblemáticas revistas infantiles, de humor y aventuras que dejaron marca en argentina

"De tapas", una muestra que reúne las portadas de revistas infantiles, de aventuras y de humor que circularon en la Argentina desde el 1800 a principios del 2000 y surgieron de la mano de emblemáticos artistas como Carlos Nine (Haedo-1994), Andrés Cascioli (1936-2009) Alberto Breccia (1919-1993) y Hugo Pratt (1927-1995) se expone desde hoy en la Biblioteca Nacional (BN) con la intención de rescatar el valor artístico de esas publicaciones.
La muestra, que tiene más de 100 pinturas originales, se inicia en el hall del tercer piso de la Biblioteca con imágenes de los rostros y cuerpos ciclópeos de los míticos personajes de las historietas argentinas, continúa en la sala Juan L. Ortiz y la Plaza del Lector con impactantes dibujos que poblaron las tapas de Fierro, Satiricón y Humor y marcaron una época de humor contestatario, ácido y hasta escatológico.

"La finalidad es hacer una puesta en valor de una producción artística enorme que ha sido soslayada desde la historia del arte argentino, y por otra parte revalorizar la publicación periódica y en papel de ese momento, que no es suplantada por los dispositivos digitales y comunicacionales de hoy", afirma José María Gutiérrez, curador de la muestra.

La exposición está integrada por tapas de revistas infantiles, de humor gráfico y de aventuras: estas últimas componen el tramo más extenso y en sus ilustraciones, asegura Gutiérrez, "aparecen las cualidades de los artistas más importantes del arte figurativo".

"Ninguna otra actividad en el arte me podría haber generado la misma práctica que tuve en la editorial. Hice más de 3.200 portadas. El ritmo de trabajo y la cantidad de pinturas que producía te enseñaban más que ir a una academia todos los días", confiesa el uruguayo Alfredo De la María (1945), en el catálogo.

Este artista logró un gran dominio de la figura humana al pintar al óleo tres pinturas por día, durante 20 años, en revistas como El Tony o D'artagnan, Nipur Magnum (editorial Columba), agregó Gutiérrez.

Este tramo incluye además tapas de la revista Tit-Bits, realizadas en tinta y lápiz por Alberto Breccia; la de Patoruzito, elaboradas con lápiz, témpera y tinta por Guillermo Roux (1929) con apenas 16 años.

Corría la década del 60 y este artista también produjo las ilustraciones de las tapas de las historietas gauchescas, alternativas a las de cowboys como El Huinca y Fabián Leyes y su padre, el uruguayo Raúl Roux (1902-1960) pintó las portadas de Cuentos de Fogón, una historieta sobre episodios históricos.

En la década del 50, el historietista de origen italiano Hugo Pratt (1927-1995) origina un cambio muy grande en las portadas, e implanta en las revistas un modo diferente de seducir en la calle con el rostro del personaje en primer plano, mirando fijamente al lector.

Esto sucede en una época en que debían competir con las revistas Antena y Radiolandia, en las que aparecían las estrellas del cine y la televisión y en medio emergía el Corto Maltés, con un rostro bellísimo como si fuera una estrella de cine pero sin un dibujo realista, explica Gutiérrez.

Pratt también dibujó para Hora Cero, la revista de editorial Frontera, de Héctor Oesterheld, quien fue guionista de ese cómic antibelicista de formato apaisado, y cuyo protagonista era el reportero Ernie Pike, sosias de Ernest Pyle, famoso periodista americano que acompañó a las tropas estadounidenses durante la primera mitad del siglo XX y que murió abatido por balas japonesas en 1945.

En Hora Cero número uno, "Pratt innovó con escenas que salen de la revista invitando al lector a leer la historieta y no al costado como ocurre con la viñeta tradicional, destaca Gutiérrez, quien considera que "hoy en los kioscos todo se parece mucho, las tapas están iluminadas del mismo modo, y así dejó de ser la galería poderosa de ese momento".

Un impacto visual único trajo la década del 80 con la irrupción de la revista Fierro, de ediciones La Urraca, con diseño de Juan Manuel Lima y dibujos del ilustrador Oscar Chichoni, cuyas imágenes realizadas en acrílico, pastel y tintas, cautivaron por su fuerza y el uso excepcional del color y las texturas.

"La Fierro, desde el vamos, fue una propuesta intensamente disrruptiva sobre lo que se venía haciendo en revistas de historietas .. Chichoni siempre aportó propuestas estimulantes para pensar en imágenes y sus portadas reflejaron sus aptitudes naturales como ilustrador", declara Lima en el catálogo.

Otros artistas de las tapas de Fierro fueron Enrique Breccia, Ignacio Noé y Lucas Nine. Y a esto se suman las tapas de las revistas Terror, Cazador y Lápiz japonés 1, entre otras.

En cuanto al humor, "hay un orden más emotivo que cronológico", dice Gutiérrez. En ellas pueden verse portadas de Caras y Caretas, Hortensia y Conventillo y Chaupinela que sufrió censura en 1975.

"En perspectiva esas tapas de humor dicen mucho más que aquello que se propusieron. Salta a la vista en la Parca, que nos saca la lengua en la Satiricón de marzo de 1976; pero también en las voluptuosas chicas-adorno de Divito, en su contraste desmesurado con mariditos pusilánimes y energúmenas matronas...El humor gráfico fue uno de los más efectivos bordados del entramado cultural para los diferentes sectores sociales", dice el historietista Manuel Redondo.

En este sector merece una mención especial el humorista y dibujante argentino Andrés Cascioli que en 1972 creó la revista Satiricón junto a Oskar Blotta, mientras que en 1978 fundó Humor e hizo muchas de sus tapas y posteriormente Ediciones de la Urraca.

Abierta hasta el 31 de octubre, la muestra contiene las primeras vitrinas donde hay material de la sala del tesoro de la BN y de coleccionistas, en las que se observa el antecedente más remoto de ilustración de tapa de revista y que es de 1820. Pertenece a "Del desengañador gauchipolítico", elaborada por un sacerdote franciscano que se dibujaba a él mismo ahorcado, en una época que tení­a un gran enfrentamiento con Bernardino Rivadavia, cuenta Gutiérrez.

Ya en el siglo XX, aparecen las revistas satíricas como El Mosquito, Don Quijote y los denominados almanaques de esas satíricas que son anuarios.

A partir de Caras y Caretas surgen las revistas por segmento para chicos, como Billiken, dice Gutiérrez y aclara que "la primera revista para niños fue Pulgarcito que la sacó el mismo Constancio Vigil 14 años antes que Billiken".

Más acá en el tiempo, el curador destaca las ilustraciones a cargo de Nine para la revista Humi: "Aparece la caricatura política en una revista para chicos; es raro ver a un prócer como San Martín, Sarmiento dibujados por Nine ya que las imágenes y la propuesta de la revista son muy distintas a las adustas del Billiken".

Fuente: Télam

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