“Fue a las 2.10”, aseveró Horacio Burki (54 años), un productor que temió que el techo de la vivienda que ocupa fuera levantado por la fuerza del viento. “Primero se levantó viento con tierra; posteriormente cayó piedra y vinieron ráfagas más fuertes. Eran ráfagas como trombas, con ramas y granizo”, graficó.
El ruido era ensordecedor y el viento derribó tres postes de una línea de media tensión que une Suncho Corral con Matará, por lo que el fluido eléctrico se interrumpió.
Una luz de emergencia y los relámpagos le permitieron a Burki ver cómo se desarrollaba el vendaval. “Yo vivo acá y lo primero que hice fue cerrar todas las ventanas cuando se levantó el viento y la tierra. Después vi cómo iban flameando las chapas del galpón y por la otra ventana del frente vi cuando al algarrobo el viento lo acostó”.
“La preocupación mía era que me llevara el techo de la casa, aunque por suerte no llegó a afectarla”, dijo con evidente alivio.
Sin embargo, las secuelas del fenómeno se veían en su terreno. Varios árboles tirados en el piso; las chapas retorcidas de un galpón que todavía se mantenían su lugar, mientras que otras yacían en el suelo.
Lo más dañados fue la flora autóctona, pues el viento derribó mistoles, quebrachos blancos y colorados A un vecino de Burki, las ráfagas le tiraron abajo la mitad de su gallinero.
Sin embargo, en general los animales no resultaron lastimados, así como tampoco hubo reporte de pobladores heridos, según coincidieron en informar fuentes policiales y sanitarias de Suncho Corral.
Vehículos movidos
Juan González (40 años) es otro de los damnificados. Su casa está ubicada a la vera de la ruta provincial 21, a unos siete kilómetros al sur de Suncho.
En diálogo con EL LIBERAL, relató que “la tormenta estaba hacia el norte, pero después se despejó todo y se volvió a armar del sur. Agarró como una franja”.
De inmediato, acotó: “En los diez años que vivo aquí no pasó una tormenta así”. Sí recordaba algunos episodios naturales que dañaron sus bienes, como una intensa caída de granizo hace algunos años, pero no un vendaval como el de ayer.
Afortunadamente, se encontraba solo en su hogar cuando ocurrió el hecho, pues su señora había ido a la localidad de Huaipe, porque en la escuela a la que asisten algunos de sus cinco chicos tenían el acto de clausura del ciclo lectivo.
A la hora de evaluar los daños que provocó en su propiedad el fenómeno, González dijo que se habían volado las chapas de un techo provisorio de una galería.
Además, la caída de un mistol, bajo el que deja siempre estacionada su camioneta Ford F 100, significó una abolladura en el capó.
Pero lo aneC_Dótico fue que no encontró a sus vehículos donde los había dejado estacionados la noche anterior.
La intensidad del viento fue tal que la camioneta y un automóvil Peugeot 504 fueron desplazados unos ocho metros, pues estaban sin freno de mano ni en cambio, pues se trata de un terreno totalmente plano.
Otro de los hechos curiosos fue que los cables de media tensión comenzaron a arder, aparentemente cuando tomaron contacto entre sí, por lo que los vecinos llamaron a la policía para que, a la vez, comunicasen esa novedad al personal de Edese.
Pese a la cercanía con Suncho Corral, el meteoro no afectó a la planta urbana.
Fuente: elliberal.com.ar