Catamarca
Viernes 29 de Marzo de 2024
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Una conmovedora novela juvenil anclada en la memoria y la identidad

Con Los nombres prestados, la escritora Verónica Sukaczer despliega una novela juvenil sobre la historia de un sobreviviente de Auschwitz y una serie de personajes entrecruzados en un escenario marcado por la Shoá, la identidad, el exilio y la necesidad de contar aquello que sucedió, una trama tan impactante como conmovedora que apela a la ficción para consolidar la memoria.
La novela (Nube de Tinta) se introduce con el relato de Nina, una nieta adolescente que quiere saber lo que le pasó a su abuelo, sobreviviente de Auschwitz, el mayor campo de exterminio nazi en el que se asesinaron a más de un millón de personas. El silencio desgarrador de Pedro, su abuelo, y la insistencia de su nieta son así el disparador de esta hermosa historia, que cautiva desde principio a fin.

Es que Verónica Sukaczer, autora de una veintena de títulos para chicos y jóvenes, premiada con el Segundo Premio Nacional de Literatura Infantil a la producción 2008-2011 y en 2014 con el Diploma al Mérito de Fundación Konex en Literatura Juvenil, retoma en este libro, destinado a jóvenes lectores, un episodio de la historia, el Holocausto, que todavía echa raíces en el presente y también a miles de kilómetros del foco de genocidio.

"La realidad es que jóvenes y chicos, a menos que sus familiares les cuenten lo sucedido o que se interesen especialmente por el tema, no saben qué pasó exactamente. Tienen, a veces, una visión distorsionada y algo romántica de la Shoá por películas que han visto, pero en verdad no saben", sostiene en entrevista con Télam la escritora, también periodista y editora.

De sus visitas a la escuelas con alumnos de todo el país, la autora no duda que la "ficción sirve para recordar episodios tan emblemáticos y bisagras de la historia mundial, como lo fue el exterminio nazi-: Pienso que están muy cercanos en el tiempo como para que se convierta en 'historia vieja'. Entonces sí, hay que seguir contando", dice, y a eso apuesta decidida en su última novela.

Pero es cierto que la mayoría de las veces, se cuestiona Sukaczer, las tramas giran en torno a hechos llamativos, extraordinarios. "¿Por qué -se pregunta entonces- se tiende a contar las historias de los héroes y no las de la gran mayoría que solo intentó sobrevivir a cada día?". También eso revierte en "Los nombres prestados", y lo hace a partir de una serie de pequeñas, aunque dolorosas, realidades.

"Quería contar la historia de gente que de pronto se encuentra atrapada en circunstancias extraordinarias fuera de su control. De gente que lo pierde todo incluso la dignidad, y que hacen lo que pueden por seguir vivos. Eso es lo que siempre me perturbó sobre la Shoá", explica la escritora, que se apoyó en la desgarradora trilogía del escritor sobreviviente del Holocausto, Primo Levi.

A través del vínculo abuelo-nieta, la autora hilvana relatos entrecruzados en tiempo y espacio con personajes que recuperan identidades a medida que la historia se narra, anclados en un escenario literario con el trasfondo del nazismo y sus efectos en la actualidad; "la función que cumple la nieta es poder contar la historia desde el ahora, para que los lectores más jóvenes no ´sientan´ que es algo de época, lejano a ellos y sus intereses".

Con su abuelo en un geriátrico deseando la muerte -tantas veces la sintió cerca-, Nina le exige que "cuente" y se embarca a descifrar su pasado, para también ella entender su presente. "Dentro de poco ya no habrá sobrevivientes que puedan contar en primera persona y muchas historias se perderán", repara la autora. Y ese lugar quedará para la memoria, porque solo ella "nos permite saber que esto ya lo hemos vivido y que no podemos dejar que se repita".

Por eso, la escritora no esconde -ni en palabras, ni en verdades- la oscuridad de esa porción de la realidad histórica: habla de muertos, de huesos, de cuerpos fantasmagóricos, de hornos, de trenes cargueros y abandonos. "Uno puede suavizar ciertos temas cuando cuenta una historia a los más pequeños, pero a partir de la adolescencia no veo lógicas las diferencias, yo no las hago", argumenta.

Verónica Sukaczser (Buenos Aires, 1968) es responsable de Mundos en venta, así como de El libro de Zezé, La memoria de todos, La última palabra y Lindo día para volar, entre otros títulos. Muy leída entre los jóvenes, la autora desarrolló su escritura siendo hipoacúsica. Piensa que de ahí, ella misma identifica, tal vez salen sus grandes temas, la memoria es uno pero también "la diferencia, la minoría, la discriminación, el dolor, lo que no está bajo nuestro control, lo no dicho".

Reconoce que luchó toda su vida contra la hipoacusia, "hasta que aprendimos a convivir en frágil armonía", confiesa esta mujer, diplomada además en logogenia; su experiencia la desarrolló con maestría en el lenguaje literario, porque, a diferencia de los sonidos, en lo "escrito tengo el control, lo puedo manipular a gusto. -dice- Muchas veces me han dicho que parece que regreso una y otra vez al lenguaje, lo no dicho y la memoria", reflexiona.

Y completa: "Soy hipoacúsica profunda, empecé a perder audición progresivamente desde muy chica, y lo que se pierde es comprensión del lenguaje, es entender lo que dicen los demás, algo que enfrento cada día y como hasta hace muy poco no decía a nadie lo que me sucedía, ahí está lo no dicho. Y la memoria -condensa sobre éstos tópicos que comprenden su obra- lo que une todo aquello y te hace avanzar".

Fuente: Télam

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