El joven relató que cuando volvía de llevar café a una oficina cercana ingresó al lugar donde trabaja y en una mesa encontró "un paquetito envuelto con ’elastiquín’".
Al abrirlo vio con sorpresa que contenía dinero en efectivo y cheques, con un resumen bancario que detallaba que el total sumaba 36.700 pesos.
Matías informó del hallazgo a su compañera de trabajo Ornela y al propietario del negocio, Raúl Escudero, y en la seguridad que quien había perdido los valores era un cliente del bar manifestó su deseo de devolver "lo que no le pertenecía".
Los tres decidieron no consultar a ninguno otro cliente y esperaron, hasta que 20 minutos después "un hombre mayor comenzó a revisar abajo de las mesas como buscando nerviosamente algo".
Cuando el parroquiano enfrentó al dueño preguntando si habían encontrado "un paquetito envuelto con elastiquín", lo indagaron sobre el contenido y Matías lo devolvió.
El joven reseñó que "el hombre estaba pálido y muy nervioso y luego de pedir un vaso de agua, dijo muchas gracias y se fue".
En la rápida despedida el hombre le entregó a Matías un llavero de regalo. Como en otros dos casos similares conocidos días atrás en Mendoza, Gutiérrez destacó que "no estaba bien quedarme con algo que no era mío, a pesar que estoy estudiando y trabajando.
Devolver una cantidad tan tentadora me hace sentir bien y anoche pude dormir tranquilo".(Telam)