"Si, yo le decía Fermina (...) pero nunca la anotamos, a la chica digo. Y siempre yo lo iba dejando para mañana hasta que al vago de mi marido se le ocurrió manosearla y quiso cogérsela, ¿se da cuenta? Si no era porque ella se escapó, la preña y todo, el muy degenerado, si era casi una nena", señala uno de los personajes en la novela acerca de la protagonista.
En su deambular, la joven conoce a quienes la hunden en mundos oscuros como el proxeneta Alberto que abusa de ella, para luego intentar prostituirla, pero también llega a la hermana María Cruz, que pese a tenerlo prohibido, le enseña en un convento a leer, lo que le permite cultivarse y acceder a otras posibilidades.
"Leer me convertía en otra, en aquella frente a mí, en la desconocida, en la maldita, en la que podía elevarse en el aire, en la que sabía los secretos de la tierra. Los libros borraron la cárcel", dice ya rescatada.
Desde Rosario, en diálogo telefónico con Télam, Gorodischer cuenta la génesis de esta novela y el por qué una de sus herramientas favoritas es la utilización de los diálogos entre los personajes.
En esta novela está muy presente el diálogo...
"Se me ocurren historias todo el tiempo, les doy vuelta y digo esto puede ser que sirva, y hacía tiempo que quería escribir una novela con puro diálogo. Me gusta mucho explotar el diálogo, yo coordino grupos de reflexión sobre escritura, y siempre dicen que es muy difícil, entonces les dije lean a Fray Mocho que de ahí se aprende, así y con 'oreja', escuchando cómo habla la gente.
¿Qué rol juega la palabra en esta historia?
A partir de la palabra y el diálogo de Fermina con una escritora a la que va a buscar para contarle su vida, ésta se fija en las palabras que dicen y no dicen y se muestra interesada en que le cuente su vida. A partir de ese momento se genera una relación entre ambas, que es el eje de la novela.
Y en el sentido de la evolución del personaje, ¿qué función cumple la palabra?
Cuando la protagonista aprende a leer, siente que el mundo se le abre y es a partir de ese momento mágico que empieza a desear cosas y empujar otro horizonte.
¿Qué simboliza el palito de naranjo?
Es una ramita con la que se empujaba la cutícula sin riesgo de lastimar las uñas, y es algo que Fermina ve por primera vez en la casa de la mujer poderosa que la prohija, que tiene mucho dinero. Al moverse en ese mundo con el tiempo termina por formar parte de él.
¿Por qué elige rescatar a la protagonista?
Porque estoy harta de mujeres vencidas, suicidadas, y además por qué las mujeres no vamos a tener pequeños o grandes triunfos, una pueda obtener lo que desea. Hay conquistas y derrotas, como ocurre en la vida, de eso se nutre la literatura.
Gorodischer, que lleva publicados 25 libros, entre cuentos y novelas, y fue premiada esta semana por la Fundación Kónex por su trayectoria, contó con ironía que se siente "una bacana" porque puede dedicarse a escribir en cualquier momento del día, debido a que sus tres hijos ya son adultos.
"Cuando los tenía conmigo, recuerdo que me levantaba a las tres de la mañana y sacaba la máquina de escribir que tenía debajo de la cama y después me dormía en todas partes porque estaba pasada de sueño", confesó distendida.
"La vida me ha enseñado a ser optimista si no, no tiene sentido, es muy cómodo sufrir y no vale la pena, el sufrimiento esteriliza", afirmó la escritora, que en su extensa trayectoria fue galardonada con los premios Esteban Echeverría, Bullrich, de la SADE, Emecé, y también recibió el premio Dignidad de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
¿Está con un nuevo libro luego de esta novela?
Sí, siempre hay que tener un proyecto, nunca me siento vacía. Tengo tres o cuatro proyectos mientras voy escribiendo, cuando uno termina me dedico a otro, lo más vital y lo más estimulante.
Fuente: Télam
