Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
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Una iconografía argentina en el arte de Nora Iniesta

Milena Heinrich

La artista conceptual Nora Iniesta exhibe la muestra "Ideas Argentinas" en la Fundación Mundo Nuevo y asegura que el eje que la convoca siempre es la patria, pero "no de un modo consciente sino desde la emoción de mi infancia, la de los actos escolares y los cantos patrióticos", aclara.
Una Evita en blanco y negro realizada en rasti se asoma por la ventana de la galería del barrio de Recoleta (avenida Callao 1868), donde en cuatro salas se agrupan más de cien obras abanderadas en los colores y símbolos nacionales.

"Las tres primeras salas tienen celeste, blanco y celeste. Son tres pajareras que arman una bandera, que es la idea con la que juego siempre: la pertenencia", dispara Iniesta en diálogo con Télam.

Así, platos, pelapapas, alfombras de baño, bandejas, juguetes antiguos, entre otros elementos, recuperan desde la sencillez una mirada artística de la patria, en la que todo se entreteje y encuentra su equilibrio: "Pienso que todo se arma en redes, la política, la educación, lo social y hasta el arte".

Obras como el "Monumento nacional", "Chicas argentinas", "El avenir", "Un mundial I", "Dorado símbolo patrio", "A la conquista del mundo", "Escarapela gaucha" y "Late corazón", dan cuenta de ese encastre artístico. "Armo un todo con partes. No fabrico cosas, ensamblo objetos que ya existen".

La artista acepta este tono lúdico y poco tradicional de su arte pero, aclara, "no es un libre albedrío, hay un orden y sentido basado en las leyes de las artes plásticas. Me sirvo del rigor de una academia que tuve aquí en Argentina, Londres y París".

Así, en esta muestra, reliquias pasadas y elementos cotidianos abandonan su función para ser resignificados por Iniesta. "No tengo afinidad con el lujo", esclarece y asegura: "Con cosas básicas manejo una factura impecable y una estética muy limpia. Un papel, un plástico o elementos con historia siempre connotan la fragilidad de la existencia humana".

Otra de las claves para comprender a la artista es la reivindicación de lo doméstico, lo cotidiano, lo femenino: "se puede crear desde algo que es común a todos, desde lo poco".

Con objetos conseguidos en París, el barrio de San Telmo, herencias familiares y de recorridos por bazares y ferias, Iniesta confecciona una obra que expresa mucho más que estética. "Creo que hago sobre la historia argentina", considera.

Colores blanco y celeste- a veces algún tono tierra como en "Escaparela gaucha"-, la representación de una iconografía argentina y la recuperación de una identidad recubren desde hace más de 15 años el quehacer de la artista. "Apareció como todo: sin buscarlo. No de un modo consciente sino desde la emoción de mi infancia, la de los actos escolares y los cantos patrióticos".

Acaso el recuerdo feliz de sus años escolares sea la clave para comprender su obra: "Siempre fui escolta, abanderada, es como un hecho más que histriónico, una representación teatral. De alguna manera lo que armo siempre son escenografías. Me superaba desde el orgullo y el sentido de pertenencia toda esta cosa... como por ejemplo de la entrada de la bandera", cuenta.

Y asegura: "No tiene que ver con la nostalgia. Todo lo que hago está procesado por un tamiz de traer las cosas del antes al hoy". Ejemplo de ello es la obra "Un Mundial I", en donde un plato de la Argentina del 78 es revalorada desde una mirada más pop, con la intención de "desangustiar" el nefasto hecho.

¿Resignificación o recuperación de la historia? "Las dos cosas, siempre hay dos historias. Lo más atractivo es lo que hay detrás de la oficial. No quedo con la fachada, ingreso y tomo los materiales en crudo", explica en un paralelismo historia-arte.

En ese sentido, sus obras superan las fronteras de lo estético para abarcar algo más conceptual, "creo que logro una síntesis, la anecdota se la puede poner el otro, lo importante es que ante una obra ese otro pueda encontrar por donde conectarse con lo mío".

Egresada de las escuelas nacionales Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón, Iniesta recorre los puntos del globo con una misma propuesta: la representación plástica de una iconografía ligada siempre a un sólo lugar de pertenencia, Argentina, "la patria donde elijo vivir y trabajar", manifiesta.

Directora del Museo Nacional de Grabado, la artista ensambla y juega con los objetos sin perder su raíz académica: "Uno no deja de ser pintora, se inscribe de otro modo. Mi mirada es pictórica y el grabado tiene incisión, aparece siempre. Cuando encuentro los elementos que trabajo, ya tienen incorporado algo con pintura y grabado puro".

Autora de "Curiociudades", un libro donde registra con su lente fotográfica el blanco y celeste alrededor del mundo, y de "Evita. La dama de la esperanza" (Nuevo Extremo, 2012) donde compila su obra de la mítica política, Iniesta repregunta: "Mi vida... ¿Qué lugar ocupa en el arte?".

"Siempre estoy pensando en algo que se traduce en obra. El arte aparece desde que nací: antes de empezar el jardín iba a la casa de una vecina a pintar y hoy recuerdo que para mí era un lujo trabajar esos cuadernos... plegando, pegando y cortando. Eso es lo que hago, nunca dejé ni dejaré de hacerlo", concluye.

Fuente: Télam

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