Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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Una invitación a descubrir la mitologí a griega y su eco en la tradición occidental

Cuál es la naturaleza del mito, cómo se encadena en la memoria colectiva y cómo irrumpió en sociedades como la Grecia antigua, son preguntas que delinean las rutas de Historia mí­nima de la mitologí­a, un ensayo de Carlos Garcí­a Dual donde también se desglosan algunos de los relatos más inscriptos en la tradición occidental, con sus atrapantes historias de dioses y orí­genes de la existencia.
"El amigo de los mitos es en cierto modo amigo del saber. Porque los mitos tratan de cosas asombrosas", escribió Aristóteles alguna vez. Sólo basta pensar en ese panteón divino con Zeus, padre del cielo y de la tierra, y su hija Atenea, nacida de su cabeza, o los dioses Apolo, Dioniso, por nombrar algunos de los que moraban el Olimpo, para comprender espinas medulares de nuestra herencia cultural.

Es que la mitologí­a - del latí­n mythos, fábula, y logos, tratado,- siempre ha dado qué hablar ¿Se llama así­ a la ciencia del mito, a sus interpretaciones o a su recopilación? Y, más a fondo, ¿qué significa precisamente el mito? ¿Puede tener una sola acepción? ¿Cómo es que hay mitos a cada lado del mundo y todos ellos hablan de orí­genes remotos? ¿Son sí­mbolos, es decir, relatos cuyo sentido aparente esconde otro más oculto?

Carlos Garcí­a Dual, escritor y crí­tico de filosofí­a griega y mitologí­a, se embarca en esa tarea que desde hace siglos, en todo el globo, es motivo de culto, inspiración de artistas e indagación intelectual de estudiosos. Y para introducir al lector en ese cosmos el español aproxima una definición sobre el mito en las primeras páginas de libro (Turner), escrito en clave accesible para cualquier interesado en éstos temas.

Y lo define como "un relato tradicional que evoca la actuación memorable y paradigmática de unos personajes excepcionales (dioses y héroes) en un tiempo prestigioso y lejano".

Más adelante retoma la frase del francés Marcel Detienne "los mitos viven en el paí­s de la memoria", para dejar en claro una característica: su oposición "a las ficciones momentáneas como a las noticias objetivas sobre el pasado y el presente".

En Occidente, puntualiza García Gual, la mitologí­a clásica tiene sus raíces en la antigua Grecia cuando nació desligada de la religión y se gestó oralmente hasta la llegada de la escritura, que revirtió su transmisión de la palabra hablada a la literaria, con los primeros relatos épicos de Homero y Hesí­odo. Fueron ellos, dice el autor, "los que precisaron para futura memoria los nombres, las figuras y los dominios de los dioses".

"En primer lugar existió el Caos", escribió Hesí­odo en Teogoní­a, obra clave de la mitologí­a griega, donde explica los orí­genes del universo de la mano de Gea, Olimpo, Tártaro, Eros, Urano, entre otros poderes y criaturas de la naturaleza. En ese verso, el poeta griego resolvió un enigma para la tradición de Occidente, suerte que no tuvieron eruditos de otras cosmogoní­as del mundo a falta de esos documentos escritos.

Sucede que "la mitologí­a de cualquier cultura suele iniciarse contando cómo surgió el universo o, en el caso de la griega, cómo se fue organizando este a partir de un oscuro vací­o anterior", explica el crítico español, acerca de éstas narraciones remotas, anónimas y de variadas versiones que buscaron respuestas al caos, al gran misterio de todos los tiempos: el principio del todo.

Centrándose en la antigua Grecia -sin olvidar que no es la única mitologí­a, aunque sí­ fundante para este lado del globo e influencia de la romana-, el autor presenta sus grandes temas y sus personajes, la familia olí­mpica con sus 12 dioses, semidioses, héroes (Aquiles, Edipo). No es categórico -¿acaso quién sabe la verdad de un mito?- y cada narración intenta cotejar las versiones de diferentes recopiladores.

Así­, el lector encontrará perfiles de los seres del panteón o incluso de los semidioses Prometeo y Eros, el primero responsable de la condición humana y el segundo el amor, además del ser el acompañante o hijo de Afrodita -según la versión-, la diosa griega que inspiró como ninguna al arte de Occidente. "El nacimiento de Venus" de Botticelli, esa famosí­sima pintura de una mujer desnuda sobre una concha de mar, es testigo de ello.

Además de la épica narrativa, de historias cruzadas, de hombres, dioses, héroes y poderes divinos, Historia de la mitologí­a recupera la relación de esta disciplina con la literatura y la cultura. En esos apartados, Garcí­a Dual da cuenta, por ejemplo, del desplazamiento de la mitologí­a griega por parte del cristianismo, un desligamiento que si bien quitó su prontuario popular resistió por la fascinación de poetas y eruditos.

Y el mito, justamente porque es mito, continuó su curso colectivo y sigue siendo motivo de diversos usos (polí­ticos, literarios, psicoanalí­ticos) y materia prima de nuevas resignificaciones. Es que justamente por tratar "de cosas asombrosas", como profesó Aristóteles, ellos siguen dando respuestas narrativas e imaginativas que fascinan a cualquiera, incluso al escéptico más exigente.

Fuente: Télam

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