Posteriormente, los peregrinos rezaron el Ave María, recibieron la bendición y partieron junto a la imagen cabecera de la virgen desde el santuario, donde la que saludaban entre lágrimas y con pañuelos blancos.
Tal como esperaban los organizadores de la tradicional peregrinación, el mensaje renovador que trajo el papa Francisco a la Iglesia católica incrementó el número de peregrinos hacia el santuario.
Fuente: Télam