Para su debut en la ficción, la autora de "Partes de guerra" y "Manuel Puig. Después del fin de la literatura" eligió una historia que opera como un registro del desplazamiento entre geografías distintas pero también como un rastreo de lasdificultades que genera la transición de una lengua a otra.
"Empecé a escribir sin una idea clara, pero sí con una sensación que me queda de las entrevistas: uno confía en el grabador, en el registro cierto de las cosas, como una especie de fe en la verdad del testimonio, pero lo cierto es que hay algo queese registro no cuenta", destacó Speranza a Télam. (Télam).-