"Eso no se hace", un poema ilustrado con textos de Laura Wittner y dibujos de Carlos Junowicz, y "Achimpa", un precioso relato inédito de la portuguesa Catarina Sobral, son dos de los cuatro títulos del catálogo que sin dudas dan ganas de ser leídos. Son historias pequeñas, cada una con su propio sabor, sus colores, sencillas, directas pero todas poderosamente literarias.
"Nuestra intención es hacer libros interesantes, creativos, con ideas innovadoras. Estamos recién empezando y la idea es ir armando colección en el camino, publicar libros que nos gusten mucho y que no coincidan con una línea infantilizada de libros ilustrados fáciles de digerir", cuenta en entrevista con Télam Manuel Rud, responsable del proyecto junto a Lulu Kirschenbaum.
Es que acostumbrados como estaban a manejar material destinado a niños por su trabajo en desarrollo de contenidos para la comunidad hispanoparlante de Estados Unidos, los creadores de Limonero quisieron probar nuevos lenguajes con el equilibrio entre texto y dibujo, y con esa meta le dieron una vuelta a "eso de la exclusividad de libros para chicos, creemos que no existe tal cosa", dice Rud.
Si bien es cierto que libros ilustrados hay para todos las edades -y cada vez más las editoriales especializadas se animan ampliar su público-, generalmente se los asocia con los lectores más pequeños. Limonero trata de revertir eso porque, sostiene Kirschenbaum, "pensamos que pueden ser leídos por niños pero también por adultos, o por niños con adultos, se está perdiendo la exclusividad y motivamos eso".
"Incluso hay un pérdida de miedo por parte de los adultos y el acceso ya no es como objeto sino como consumo cultural tradicional", agrega Rud, quien cree que este auge del género editorial crece, precisamente en un mundo que se orienta a lo digital, porque "no hay app que pueda reemplazar la experiencia de leer un libro ilustrado".
Con un vasto camino en lo editorial por su compañía de textos pero con poca experiencia en el terreno de las artes visuales, este dúo apostó igual por el proyecto que soñaban desde hace mucho tiempo. "Lo nuevo para nosotros es la ilustración; había algo ciego de no saber sobre técnicas, tiempos creativos", explica Kirschenbaum sobre los primeros pasos de la editorial, fruto de un proceso, en palabras de Rud, "muy rico y para nada fácil".
En esta exploración del terreno, al momento de elegir los autores lo que primó fue, comenta Rud, "la corazonada; aunque vayamos ganando experiencia en términos de técnica creo que es una buena forma de decidir acompañar a un artista y no pensar en términos de resultado sino pensar en términos de intuición". Y ella completa: "Esa frescura casi valiente de libros hechos con mucho amor...".
Pero además de animarse a un lenguaje distinto, se animaron a crear una editorial cuyos libros por su doble estructura -palabras y dibujos- no son económicos. "La gente del rubro nos preguntaba por qué empezábamos con un editorial si ya teníamos un trabajo, nosotros queríamos hacerlo; sabemos que es un negocio de largo aliento y que tiene que pasar mucho tiempo para recuperar lo invertido".
Con esa lógica, está claro que la elección del catálogo, que promete sortearse entre autores locales e internacionales (nobeles o de editoriales independientes), "no tiene el factor económico como decisivo", más bien lo que priorizan es "una selección muy cuidada del material que decidimos publicar, realmente buscamos cosas con un espectro de creatividad amplio", dicen.
Pretenden que "sean de avanzada, sin restricciones de género ni de edad y al mismo tiempo tenemos la pulsión de que lleguen a todos lados, merecen estar en una biblioteca de Santiago del Estero y en las cadenas de librerías", asegura Rud, y Kirschenbaum completa que "con esa idea hicimos tiradas grandes para que los precios sean accesibles porque nos importa mucho que no sean exclusivos".
Como condensa Rud, "libros selectos en términos estéticos pero no selectos en cuanto a quiénes llegan", el catálogo de Limonero promete ahora seguir creciendo con más libros de calidad, dispuestos a despertar las ganas de ser leídos, guiados por una propuesta de "vanguardia, novedosa, creativa y accesible", concluyen.
Fuente: Télam
