(DIARIOC, 08/07/2010) "Sabíamos que esto era lo que iba a ocurrir, porque legalmente no tenemos ningún derecho. Vamos a iniciar una batalla legal y la mantendremos hasta las últimas consecuencias", dijeron. Según Domínguez, la situación en la oficina gubernamental les resultó incómoda, pero se decidieron a pasar por ella porque están dispuestos a luchar. "Yo trabajo en relación de dependencia. Tengo muchos más beneficios que Fabio. Y quiero que él también pueda acceder a mi obra social", ejemplificó.
"Estamos reclamando por los mismo derechos que un heterosexual posee", añadió. "El matrimonio es la unión de dos personas que se aman y que escogieron para compartir su vida. Cuando uno se quiere, no importa el sexo. Pero las mayorías no comprenden ese concepto. ¿Por qué no nos dejan vivir tranquilos", se preguntó.
"No somos criminales, depravados, ni violadores. Tampoco estamos pensando en tener sexo todo el tiempo. Los gays solamente queremos derechos. Tengo sentimientos como cualquier ser humano. Y si somos iguales ante Dios, ¿por qué no también para las legislaciones?", prosiguió.
A su turno, García afirmó que los homosexuales también trabajan, van al supermercado, pagan cuentas, se enferman, tienen obligaciones, etcétera. "Si uno de nosotros tiene un accidente, por ejemplo, el otro no puede entrar a una sala de terapia de una clínica porque no es ni pariente ni familiar directo", graficó durante una charla con LA GACETA.
"Lo que más me molesta -continuó- es que no somos gente enferma, pero a muchos les gustaría meternos en un neuropsiquiátrico. No entiendo porque muchos son tan agresivos con nosotros, tan atrevidos".
Fuente: La Gaceta