"Estoy hecho de cine" es el resultado de varias charlas entre el escriba y el cineasta, pero su estilo coloquial hace que parezca una sola jornada en la que se entremezclan los recuerdos, las anécdotas compartidas, el chiste irónico y el dato erudito.
A través de los diálogos, Martínez Suárez relata su vida desde sus ancestros europeos, su infancia en la provincia de Santa Fe -particularmente en Villa Cañás, donde nacieron él y sus famosas hermanas, Mirtha y Silvia Legrand-, la muerte prematura de su padre y su ingreso en el mundo del cine, para el que parecía predestinado.
En esos principios lo que aparece es esa especie de adicción que el cine representa para el futuro director, que de alguna forma dictaminaba la vida familiar para poder asistir a las pocas salas del pueblo en cuanto se encendían los proyectores.
Según documenta el libro, no había acontecimiento en la vida de Martínez Suárez ni viaje que valiera más que el regreso urgente -de alguna ciudad aledaña, donde vivían algunos parientes- para llegar a deslumbrarse con aquellos rectángulos de plata que habían pasado a ser su mundo.
Martínez Suárez nombra a sus hermanas Chiquita y Goldy, como evitando decir que son las mellizas Mirtha y Silvia Legrand, y muestra varias fotografías de infancia y juventud con ellas, que inevitablemente fueron la causa de su entrada en los estudios.
Lo que cuenta entonces es el mundo de aquel cine de los grandes sellos nacionales, en particular Lumiton, las concomitancias profesionales con el gremio hollywoodense, los personajes que dejaron historia y aquellos que lo marcaron a él mismo.
Fuente: Télam