Allí puede verse una autofilmación de la joven manteniendo una conversación telefónica en altavoz con su profesora de básquet durante el tiempo que asistió a la Escuela Intermedia Chemawa de Riverside (California), Andrea Cardosa, quien ahora tuvo que renunciar a su puesto de vicedirectora en otro colegio.
"Recientemente hallé donde una exmaestra mía está trabajando. Pensaba denunciarla por lo que me hizo cuando tenía yo 12 años... pero decidí que no es posible... pasó demasiado tiempo", comienza diciendo con voz entrecortada y lágrimas en los ojos.
Una vez que la profesora atiende se genera un tenso diálogo durante el cual la docente reconoce que lo que hizo estuvo mal y le dice a la joven que "lo lamenta", pero se justifica asegurando que "sólo quería ayudarla".
"Usted, ¿quiere a esta persona alrededor de sus hijos? Por muchos años esperé algún tipo de justicia, pero ahora es demasiado tarde", concluye diciendo a cámara Jamie.
Como el video se viralizó y encontró repercusión, la joven tuvo que enfrentar a los medios locales, a los que contó cómo la profesora la extorsionó durante muchos años para que no la denunciara, al tiempo que reclamó justicia.
Télam consultó sobre este tema a la psicóloga de la Asociación de Víctimas de Violación, Julieta Petite, quien consideró que una denuncia de estas características constituye un "acto desesperado" de una víctima de violación que "tiene que sacar un recurso de la galera porque no se la cuidó ni judicial ni institucionalmente".
"No se bien qué la llevó a hacer esto porque no conozco a fondo el caso, pero quizás lo que ella necesitaba era exponer socialmente a esta persona para subsanar algo de lo que había pasado", dijo Petite, quien es especialista en psicotrauma.
Y si bien consideró que "está bien como recurso" y "puede ser reparador" en la medida en que busca una sanción social en ausencia de una judicial, "eso no quiere decir que sane su herida", aunque quizás sirva "como un primer paso".
"Siempre que usa un recurso, es porque necesita de algo, pero no sé si es la mejor manera porque la que queda expuesta es la víctima y la repercusión es más grande a veces de lo que podés soportar", dijo.
"Yo tengo un caso de una paciente que expuso al violador en Facebook y eso terminó jugándole en contra porque se trataba de una persona conocida en el barrio y no todos tomaron partido a favor de ella. Finalmente tuvo que cerrar la cuenta y aislarse durante un tiempo", contó.
Petite explicó que las necesidades de una víctima de violación son múltiples.
"Cuando se es chico, básicamente necesita la atención de los padres, familiares, docentes, instituciones, en función de si está teniendo o no un cambio actitutudinal o dificultad que pueda significar un hecho traumático. No sé si ella habrá dado alguna señal en el colegio pero para que haya una maestra abusadora desde tanto tiempo, institucionalmente no se la cuidó", explicó.
"Y una vez que el chico decide hablar, que se lo escuche, que se le crea, que se tome cartas en el asunto y empezar un tratamiento específico que la ayude a superar al trauma", agregó.
La especialista consideró, además, que la sanción judicial es muy importante porque implica que "desde afuera alguien está diciendo que está mal y le pone un coto".
Fuente: Télam