Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
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Unas 300 escuelas públicas de todo el país avanzan juntas en el aprendizaje de programación

Unas 300 escuelas primarias y secundarias públicas de todo el país comenzaron a trabajar de forma coordinada en la "red de escuelas que programan", una prueba piloto para emprender la enseñanza y el aprendizaje de programación en el ciclo educativo público obligatorio.
La iniciativa se inscribe dentro de la reciente medida del Consejo Federal de Educación que declaró la enseñanza y aprendizaje de programación de "importancia estratégica".

"Con esta red de escuelas vamos a generar un entorno virtual donde las experiencias de las escuelas puedan compartirse entre alumnos y docentes, puedan difundirse, replicarse y generar como una comunidad de práctica entre docentes", explicó en diálogo con Télam Laura Penacca, coordinadora del Plan Nacional de Inclusión Digital Educativa de la cartera educativa.

Penacca informó que se está trabajando "con docentes y alumnos, desarrollando una propuesta de programación para quinto, sexto y séptimo grado", y agregó que estos colegios, de jornada extendida, "van a formar parte de la Red, además de las escuelas secundarias que ya tenían alguna experiencia en programación".

La funcionaria apuntó que otra iniciativa de fomento a la integración de contenidos de programación es "la idea de entregar un premio llamado 'Clementina' para las escuelas que participen de esta red, que se entregará al trabajo más innovador".

Penacca precisó que todos los desarrollos y propuestas de la red se van a realizar sobre Huayra y Huayra Primaria, los sistemas operativos libres desarrollados sobre Linux específicamente para las máquinas del programa Conectar Igualdad y de Primaria Digital.

El este sentido, los fundamentos de esta nueva propuesta señalan que "estos sistemas operativos se constituyen en pilares de un nuevo paradigma que entiende al conocimiento no como una mercancía si no como un bien público que debe liberarse, con un criterio de solidaridad tecnológica, en pos de promover el uso compartido de los desarrollos y avances alcanzados entre todos los ciudadanos, según los fundamentos de esta iniciativa".

Penacca contó que "esta experiencia se lleva a cabo en escuelas de todo el país", y aclaró que "la mayoría, por ahora, son de la provincia de Buenos Aires".

"La implementación comenzó hace dos o tres meses, pero el 12 de agosto se aprobó formalmente en el Consejo Federal de Educación", recordó, y explicó que se está "trabajando con escuelas secundarias beneficiarias del Plan Conectar Igualdad que ya tenían una experiencia de programación y con escuelas primarias que tienen aulas digitales móviles del Programa Primaria Digital".

La funcionaria expresó que "todos los esfuerzos se centran en empezar a nuclear experiencias de programación y robótica, y profundizar en la formación docente en estas cuestiones".

Unas docente con experiencia en la materia es María Eugenia Núñez, que durante 2013 propuso a un curso de chicos de tercer grado de una escuela pública del barrio porteño de Almagro aprender a utilizar Sctatch, un entorno de programación que permite realizar animaciones y mezclar audios y videos, que no requiere conocer previamente lenguajes computacionales.

"En el primer ciclo de la escuela primaria se cierra el aprendizaje de la lectoescritura básica, y muchos amigos míos que trabajan en el mundo de la informática hacía tiempo que me insistían en que los chicos tienen que aprender a programar con la misma facilidad que aprenden a leer o escribir", contó a Télam.

"Yo no tenía idea de cómo era programa ren una computadora, pero tenía muchas ganas de llevar ese mundo al aula y después de leer una nota periodística sobre el tema me animé a probar", recordó, y relató que lo que hizo fue "un acercamiento a la programación a través de Scratch, que le permitía a los chicos darle diferentes órdenes a varios objetos en la pantalla".

Lo primero fue "dejarlos en contacto con el software para ver que podían hacer ellos solos; no fue enseñar programación, sino dejarlos indagar y después ver que pudieran explicar lo que habían querido hacer, ponerlo en palabras y justificar sus acciones", detalló.

María Eugenia destacó que "para los chicos fue una experiencia muy positiva y ellos eran conscientes de que estaban programando; y uno se daba cuenta de que aunque no supiese los lenguajes de programación en la computadora, la programación es un ejercicio que uno hace todo el tiempo en su vida".

"Más allá de qué tan complejos o sencillos sean los trabajos de los chicos en el aula, lo importante es el proceso de aprendizaje, y en ese camino hay muchos que han profundizado por su cuenta", indicó.

Fuente: Télam

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