Tanto le fascinó la personalidad y el talante rebelde de Flora Tristán a Vargas Llosa que hace un par de años comenzó a documentarse sobre su vida y la de su nieto, al que nunca llegó a conocer, pero con el que tenía fuertes vínculos: una terquedad y una voluntad a prueba de balas y la búsqueda de un paraíso que ella veía en una sociedad más justa y que para el impresionistafrancés no tenía nada de ese altruismo.
¿Qué pasó en Arles, cuando Van Gogh se cortó la oreja? Gauguin estaba allí. Nunca se ha sabido qué ocurrió exactamente. Su vida, como la de Flora, está llena de sombras. Entre los dos ocupan el siglo XIX, el siglo extraordinario de las grandes utopías, de las grandes ideologías, de las grandes ambiciones"aseguró Vargas Llosa en una entrevista reciente.(Télam).-