El 7 de marzo último, el Concejo Deliberante de Tigre aprobó tres ordenanzas específicas para la Primera Sección de Islas del Delta, de las cuales las dos primeras fueron denominadas "Plan de manejo ambiental" y "Ordenamiento Territorial", aceptadas por todos los concejales e isleños.
La tercera ordenanza, que regula las obras de construcción, "tiene fines recaudatorios y presenta un gran impedimento para el desarrollo de los isleños ya asentados en las islas", destaca el comunicado.
"Las exigencias comprometen seriamente a las fuentes de trabajo locales que adquirieron sus conocimientos de generación en generación, interponiendo arquitectos, técnicos, pago de estudios y gran cantidad de reglamentos a los que no estamos acostumbrados y resultan imposibles de cumplir", criticaron.
Los vecinos del Delta afirmaron que "de ahora en más se impiden las construcciones en cemento, las estacadas lisas para proteger las costas, la poda o desmonte, siendo esto último impracticable ya que a los isleños se les viene el monte encima si no es controlado".
Además, "prohíbe las demoliciones sin previo aviso y sus escombros resultantes deben ser retirados del Partido de Tigre; y obliga a los residentes a iluminar los muelles y realizar un camino costero".
El documento precisa que "para la construcción de viviendas se exige un certificado de aptitud de la fuente de provisión de agua hecho por un técnico."
Los isleños criticaron que "las casas que ya se encuentran construidas deben ser sometidas a una revisión técnica periódica realizada por el municipio para controlar la seguridad de las mismas, cosa que resulta inédita".
Los vecinos del Delta ven "con preocupación" la puesta en marcha de la normativa ya que "la actividad regional se basa, entre otras cosas, en el trabajos de los albañiles y carpinteros" y predomina la "autoconstrucción".
Fuente: Télam