En una recorrida por el amplio espacio que el Museo Participativo tiene en el Centro Cultural Recoleta, en Junín 1930, Noceti contó que "la gente vuelve, y en estos 25 años yo vi chiquitos que vinieron por primera vez con su colegio, después fueron guías del Museo, estudiaron carreras científicas, y trajeron luego a sus hijos".
"Nuestro personal científico de investigación evalúa mucho las opiniones de nuestros visitantes, que disfrutan de un espacio que las generaciones veteranas no teníamos para acercarnos a la ciencia y que hace natural que un chiquito diga ´yo quiero ser científico´", reivindicó.
"Prohibido No Tocar" reinauguró la sala "Fuerzas de la naturaleza", en la que puede ensayarse los efectos de las olas, el torbellino de un huracán, y la formación de tormentas y rayos, además de otros fenómenos naturales que afectan al clima y la vida de los seres humanos.
"Muestra fenómenos naturales con su explicación científica, por ejemplo, que el viento es una función exponencial, a través de una caja transparente que en su extremo tiene un fuerte soplador, y en suspenso una serie de paletitas con diferentes pesos para que le cueste más o menos empujarlas: a medida de que la velocidad del viento se duplica, la fuerza se incrementa cuatro veces", explicó Noceti.
El concepto de la muestra es plantear modelos que imitan y hacen una analogía con lo que pasa con los fenómenos en la vida real.
El museo funciona de martes a viernes de 12.30 a 19.30, con sábados y domingos de 15.30 a 19.30 y entrada a 35 pesos a partir de los 4 años.
La sala "Y se hizo la luz" introduce a los visitantes en el complejo mundo óptico, con instrumentos que contradicen la percepción visual habitual.
En la sala Auditorio se presentan demostraciones con el "Generador de Estática", que literalmente pone los pelos de punta, y con Gases Líquidos.
El área "Mecánica" es apta para probar y verificar un conjunto de leyes y principios que rigen el mundo mecánico.
La historia del arte inspira un recorrido por materiales, técnicas, colores, perspectiva y los distintos movimientos artísticos, y rompecabezas con famosos cuadros para armar.
En "No me mates Matemática" se puede encontrar soluciones aplicadas desde tiempos prehistóricos, con aplicaciones concretas en la vida cotidiana.
Otra sorpresa espera en la sala "Música, ondas y sonido", donde se puede experimentar desde la propagación de los sonidos hasta su sorprendente visualización.
En sus 25 años de existencia, por el Museo Participativo de Ciencia "pasaron más de tres millones de personas, y de un estudio que hicimos surgió que de las 150 mil que visitaron el sitio el año pasado, el 60% era de escuelas", informó Noceti.
Varias muestras itinerante viajan por toda la Argentina, con un recorrido que a principios de agosto llegará a las ciudades patagónicas de Puerto Madryn y Trelew, y litoraleña de Posadas; el grupo construyó además el Museo de Río Gallegos y de Santiago del Estero.
En "Prohibido no tocar" la curiosidad de los visitantes motiva la experiencia y consiguiente construcción de conocimiento, a través de herramientas que permiten comprender por qué ocurren las cosas, vivenciándolas y haciendo que sucedan.
Varios guías ayudan en la interacción entre los visitantes y los experimentos, pero suelen ser necesarios sólo en los primeros momentos, hasta que chicos y grandes toman confianza y se entregan sin apuro a generar cortocircuitos o a subirse a una bicicleta para generar energía, con permiso para experimentar.
Fuente: Télam
