El singular episodio ocurrió pasada la medianoche y generó escenas de confusión entre los deudos y quienes daban el último adiós al fallecido. De acuerdo con testimonios recogidos por EL LIBERAL entre los asistentes al velatorio, en determinado momento se escucharon ruidos extraños en el interior del féretro, razón por la cual los familiares abrieron el cajón y llamaron al personal que realizaba el servicio fúnebre, el que constató que efectivamente el joven estaba muerto.
Tras esos momentos de tensión se cerró nuevamente la tapa del féretro y minutos después, afirman los testigos, se escucharon otra vez ruidos extraños por lo que se solicitó la presencia de la policía y de un médico forense.
Cuando reinaba la confusión, se ordenó desalojar la sala donde velaban el cuerpo y el forense revisó el cadáver y constató que el joven había muerto hacía varias horas. No obstante, en su relato, los testigos aseguraron que el rostro estaba sudado y que sus manos estaban contraídas.
Fuente: elliberal.com.ar