La idea de Rafael es no sólo aprovechar la miel, sino también los subproductos de la apicultura, como la cera, polen y propóleos y comercializarla a nivel provincial o nacional. Cabe destacar que la apicultura argentina está muy bien conceptuada, por lo que tiene excelentes posibilidades de progreso.
Con el esfuerzo personal, y con un poco de ayuda del Estado, como en este caso el Municipio andalgalense, las familias pueden tener el despegue que necesitan.