Fue el puntapié de una afirmación de parte de las fuerzas de seguridad que informaron que este fue el cuarto caso del año en La Rioja. Como si fuera poco, se dijo que son unos 100 vuelos diarios que llegan con sustancias ilegales a la Argentina. No requieren de pistas clandestinas, porque todo se resuelve con un aparato de GPS, un piloto que navegue a escasa altura y zonas descampadas para recibir la entrega.
Un jefe de Gendarmería, asignado a la zona noroeste, le afirmó al Diario Popular que “no tenemos forma de parar la entrega de drogas mediante avionetas, aún más desde la aparición de los GPS, porque ya ni requieren de pistas de aterrizaje. Tiran las bolsas desde el aire en un lugar determinado, y alguien recoge la droga. Así de fácil. Lo que podemos hacer, y estamos profundizando en esta materia, es desarrollar métodos de inteligencia para adelantarnos a la distribución. Tenemos récord de incautaciones, pero respecto a las avionetas estamos complicados”.
Mientras que desde la Asociación Antidrogas de la República Argentina, Claudio Izaguirre declaró al matutino que “la cifra supera el centenar de entregas, lo dicen los propios funcionarios en conversaciones extraoficiales. Cada una puede traer hasta 400 kilogramos, con dos tripulantes, o 600 con uno sólo. Pero hay vuelos con mucha menos mercadería, porque es negocio igual. La pasta base y la cocaína llegan directamente al Conurbano”.
En medio de la polémica, se reveló que creció el consumo de cocaína en Argentina hasta igualarse a Estados Unidos, con quien ahora comparte el primer lugar en consumo en todo el continente americano, en parte, debido al bajo costo ya que el gramo de cocaína al menudeo -rebajada- cuesta 11 dólares, mientras que en el país del norte vale 108 dólares.
Los datos pertenecen al Reporte Mundial sobre Drogas 2010 de la ONU que fue realizado por la Oficina contra las Drogas y el Crimen. El mismo afirma que en nuestro país se descubrieron 20 laboratorios ilegales de cocaína en 2008, contra 10 de Venezuela, 4 en Chile y 3 en Ecuador.
En operativos, el total de droga incautada por fuerzas de seguridad creció un 51 por ciento. La mayor parte de las sustancias parte al exterior, pero un gran porcentaje queda ya que el 2,67 por ciento de la población consume cocaína, el 7,16 por ciento marihuana, el 0,54 por ciento pasta base, el 0,6 por ciento anfetaminas y el 0,5 por ciento éxtasis. Cada punto equivale a unas 450.000 personas.
Desde hace tres años, se viene elaborando un mapa con puntos “calientes” donde los narcos arrojan la droga pero son terrestres y ahora se encuentran con operativos desde el aire, aseguran desde la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas, dependiente del Ministerio de Justicia y Seguridad Bonaerense. Ante este panorama, dicen que deben reforzar la inteligencia previa, para evitar llegar a la distribución aérea.
Izaguirre sostuvo que “los grupos narcos utilizan, en general, avionetas que aguantan hasta 600 kilos de carga, como las Piper o las Cessna. Hay modelos preparados para autoabastecerse de combustible en pleno vuelo, con un tanque extra. En Perú y Bolivia hay negocios millonarios alrededor de los vuelos con drogas, incluso está tercerizado. Con el tema del GPS -orientación- y el Blackberry -comunicación- resolvieron muchos problemas”.
