Las teorías nacieron apenas horas después de los ataques de hace una década: los incontables rumores, movilizados en especial por grupos racistas, supremacistas o antigubernamentales hablaron de una cobertura oficial de los hechos, de explosiones controladas en las torres o de la imposibilidad de que semejantes edificios pudieran caer "solamente" por el impacto de los aviones.
Rapidamente surgió también una teoría antisemita que aseguraba -y lo sigue haciendo, a pesar de las pruebas en contra que surgen de simplemente revisar las listas de víctimas- que ninguna persona de religión judía murió en los ataques contra las torres porque ese día no fueron a trabajar, tras haber sido alertados por servicios secretos israelíes. Sí murieron unas 3000 personas y otras 6000 resultaron heridas.
Los autores de las teorías conspiracionistas "lograron convencer a muchos escépticos de que la matanza fue parte de un plan maquiavélico diseñado por los sospechosos de siempre: el presidente George W. Bush, los republicanos, la CIA, el FBI y el ministerio de Justicia con el objetivo de imponer un estado de seguridad nacional, crear un pretexto para los desastres de Iraq y Afganistán, aterrorizar al público estadounidense y reforzar la mano del lobby israelí en la política local", dijo el comentarista Earl Hutchinson.
Fuente: 26noticias.com.ar