A pesar de que Israel considera a Jerusalén como su capital única e indivisible, Naciones Unidas y la mayoría de los países de la comunidad internacional no la reconocen como tal, argumentando que antes de adoptar una postura definitiva se debe resolver el estatus de la ciudad en las negociaciones entre israelíes y palestinos, que también reclaman la ciudad como capital de su futuro Estado.
Construimos en Jerusalén porque es nuestro derecho. Lo que tenga que decir Naciones Unidas no me interesa. Benjamín Netanyahu
Benjamín Netanyahu respondió de este modo a las críticas hechas este miércoles por 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas -a excepción de Estados Unidos-, que decidieron publicar varios comunicados para mostrar su oposición a los planes de Israel ante las afirmaciones de Washington de que vetaría toda propuesta, a pesar de haber criticado públicamente dichos planes.
Los países europeos en el Consejo de Seguridad -Reino Unido, Francia (ambos miembros permanentes), Alemania y Portugal- consideraron que el anuncio isarelí "mina la esperanza en su voluntad a negociar".
Rusia y China se pronunciaron por separado, mostrando igualmente su preocupación ante los planes, según consigna la agencia Europa Press.
Por su parte, el bloque de países del NAM en el organismo -Togo, Sudáfrica, Marruecos, Pakistán, India, Guatemala, Colombia y Azerbaiyán- expresaron su gran preocupación "por las continuadas actividades ilegales de Israel en los asentamientos", y afirmaron que las mismas suponen una violación del Derecho Internacional.
A estas críticas se sumó el jueves el enviado especial del Cuarteto para Medio Oriente, Tony Blair, quien dijo que los planes anunciados por Israel minan las esperanzas de que se alcance un acuerdo de paz negociado.
"El problema no es sólo la construcción de estos asentamientos, sino que se hace en un momento en el que es vital relanzar una negociación adecuada", ratificó Blair.
El miércoles pasado, el Comité de Edificación y Planeamiento del distrito de Jerusalén aprobó un plan que prevé la construcción de un nuevo barrio judío compuesto por más de 2.600 viviendas en la zona sur de Jerusalén Este, cerca de la denominada Línea Verde, que separa los territorios del futuro Estado palestino de Israel.
Las más de 2.600 viviendas serán construidas en el nuevo barrio Givat Hamatos, en el que ahora se ubican viviendas móviles en las que residen inmigrantes etíopes.
La aprobación de las futuras viviendas se realizó dos días después de que una subcomisión del Comité de Edificación de Jerusalén diera luz verde a la construcción de 1.500 inmuebles en el barrio de Ramat Shlomó, en Jerusalén Este.
Estos dos planes fueron estudiados dos semanas después de que el Gobierno israelí anunciara la edificación de 3.000 viviendas en Cisjordania, una decisión que provocó duras críticas de la comunidad internacional por considerarla una represalia por la aprobación del estatus de Estado observador no miembro para Palestina por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas.
El plan para la expansión del barrio de Ramat Shlomó fue aprobado en marzo de 2010, coincidiendo con la visita a Israel del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, lo que derivó en una crisis sin precedentes entre los gobiernos israelí y norteamericano. A causa de ese enfrentamiento, el Gobierno israelí decidió suspender la ampliación de Ramat Shlomó.
Fuente: Télam