A pesar de las expectativas, los Acuerdos de Oslo no fueron eficaces ni para Israel ni para los palestinos, debido su debilidad para retrotraer la situación a la Guerra de los Seis días de 1967, cuando los palestinos controlaban Jerusalén Este.
Sin embargo, en aquellos días de 1993, el inicio del proceso de paz significó un gran avance para solucionar el conflicto, ya que los palestinos reconocieron la existencia de Israel y los israelíes admitieron como legítima a la Organización Para la Liberación de Palestina (OLP), de Yasser Arafat.
El 13 de septiembre de 1993, bajo la mediación del ex presidente Bill Clinton, el primer ministro israelí, Isaac Rabin y Arafat se estrecharon la mano durante la firma de los acuerdos realizada en la Casa Blanca.
Para algunos analistas, los más grandes perdedores de Oslo fueron los millones de palestinos que huyeron y se refugiaron en países vecinos tras la proclamación del Estado de Israel en 1948.
El proceso fue la culminación de la revuelta palestina conocida como Intifada ("Guerra de las piedras") en 1987, cuatro años antes de que desapareciera la ex Unión Soviética que apoyaba a los países árabes.
Respaldados por Estados Unidos, los israelíes habían firmado la paz con Egipto a través de los acuerdos de Camp David (Washington), el 17 de septiembre de 1978, mediante los cuales Israel le devolvió a El Cairo la Península del Sinaí.
Camp David señalaba que la base para una solución pacífica entre Israel y sus vecinos eran las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las ONU en todas sus partes.
Tras la firma de los Acuerdos de Oslo empezó a regir la autonomía en Gaza y Jericó, y posteriormente en Nablus y Ramallah, abriendo el camino para una negociación con Siria para la devolución de las Alturas del Golán (que aún no se concretó) y Líbano.
Oslo estipulaba que en cinco años debía crearse un Estado palestino, un plazo que pasó al olvido y que hoy es la mayor demanda palestina.
Veinte años después de aquellos acuerdos, el Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamas (que no reconoce la existencia de Israel) gobierna en la franja de Gaza, y el grupo Al Fatah de Arafat controla Cisjordania, sin convocar a elecciones desde 2006.
"Desde 1993, Israel ha triplicado el número de sus colonos, que separan y asfixian a Jerusalén Este del resto de Cisjordania, fragmentando la ribera occidental", señaló el negociador palestino Saeb Erekat, en un comunicado enviado a Télam y a otros medios.
"Este año marca 20 años de destruidas esperanzas y obligaciones incumplidas, de promesas traicionadas y un ilegal proceso de colonización que no solo continúa intensificándose, sino que nos ha llevado lentamente a perder cualquier esperanza para una paz negociada en la solución de dos estados", agregó.
Veinte años después, unos 500.000 colonos judíos viven en Jerusalén Este (donde los palestinos buscan proclamar la capital de su futuro estado) y en Cisjordania.
Después del proceso de Oslo vendrían los fracasos de Camp David en 2000, donde Arafat no quiso renunciar al estatus de Jerusalén Este y al regreso de millones de refugiados, y de Annapolis (Maryland, Estados Unidos) en 2007.
En noviembre de 2010 venció una moratoria unilateral israelí para construir asentamientos judíos en Cisjordania. Desde entonces pasaron tres años hasta que las negociaciones volvieron a reanudarse el pasado 29 de julio pasado, bajo la mediación del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
"Este proceso de 20 años atrás no significa que estemos para siempre condenados al fracaso", afirmó Uri Dormi, ex vocero del gobierno israelí entre 1992 y 1996, en una artículo de The New York Times del 12 de septiembre.
"Rabin, quien fue ministro de Defensa cuando la Intifada irrumpió en diciembre de 1987, había inicialmente rechazado la sublevación instigada por Arafat desde su cuartel en Túnez, que fue rápidamente aplastada. Pero luego comprendió durante los siguientes cinco años que esa era una genuina revuelta de los palestinos que vivían bajo la ocupación", agregó.
La nueva ronda de conversaciones directas entre israelíes y palestinos está signada por la difícil situación que afronta Medio Oriente tras el derrocamiento del presidente constitucional de Egipto, Mohamed Morsi, y la guerra civil en Siria donde según las Naciones Unidas existen pruebas "abrumadoras" sobre el uso de armas químicas.
Después de la firma de los Acuerdos de Oslo, Rabin debió enfrentar numerosas críticas internas por buscar la paz con los palestinos, hasta que fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 por un estudiante de ultraderecha judío.
Arafat murió el 11 de noviembre de 2004 a raíz de una hemorragia cerebral. Pero sus restos fueron exhumados en noviembre de 2012, con el fin de determinar si fue envenenado por los servicios secretos israelíes, como supone su viuda Suha Arafat.
Fuente: Télam