El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, que visitó el lugar de inmediato, vinculó al grupo islámico radical Boko Haram con el ataque y aseguró que el mismo constituye "un revés temporal" que la nación africana "va a superar".
El mandatario emplazó a los nigerianos a ser "conscientes" del peligro que representa este grupo radical, que hasta ahora es muy activo en el norte del país, donde la mayor parte de la población es musulmana.
Hasta el momento este grupo ni ningún otro reivindicaron el atentado.
Las autoridades temen que el número de fallecidos aumente, debido a la gravedad de muchos de los heridos que fueron trasladados a varios hospitales de la capital nigeriana, informó el portavoz de la Policía, Frank Mba, en rueda de prensa en el lugar de la explosión.
Si bien aún no hay cifras oficiales, algunos medios locales elevan el número de muertos hasta 200.
Tras el incidente, en el que fueron gravemente dañados por la explosión unos 12 vehículos, la confusión se adueñó del lugar, donde los cuerpos mutilados se agolpaban en el suelo.
Los bomberos ya sofocaron el fuego y los equipos de rescate siguen trabajando en la zona para extinguir el incendio y recuperar los cadáveres.
Los ataques de este grupo terrorista en el noroeste del país obligaron a más de 250.000 personas a huir de sus hogares en lo que va de año, periodo en el que han causado cerca de 700 muertos.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que causó más de 3.000 muertos.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, socioeconómicas, religiosas y territoriales.
Fuente: Télam