Luego del encuentro Bachelet convocó a la ciudadanía a mantener la calma y lanzó un mensaje de unidad en el plano político. La mandataria, quien el 11 de este mes entregará el poder a Piñera, dijo que mantiene diálogo permanente con el líder de la derecha para unificar medidas urgentes destinadas a "auxiliar a los compatriotas".
En una breve alocución que pronunció en el Palacio de la Moneda -sede del Gobierno chileno-, Bachelet aseguró que "las diferencias políticas (con Piñera) han pasado no ya a un segundo sino a un tercer o cuarto plano para atender la emergencia".
Ambos líderes se reunieron junto a los futuro ministros de Piñera del Interior, Rodrigo Hinzpeter; de Salud, Jaime Mañalich; de Vivienda, Magdalena Matte; de Hacienda, Felipe Larraín, y de Obras Públicas, Hernán Solminihac.
Bachelet, por su parte, estuvo acompañada de los ministros Edmundo Pérez Yoma (Interior), Álvaro Erazo (Salud), Patricia Poblete (Vivienda), Andrés Velasco (Hacienda) y Sergio Bitar (Obras Públicas).
"Nos estamos preparando para la gran tarea de reconstruir lo que este terremoto y maremoto destruyeron", aseguró Piñera, quien había criticado previamente la lentitud del gobierno para reaccionar ante la tragedia.
Piñera reiteró que hará una "profunda reestructuración" de los sistemas de alerta y ayuda de que dispone el país, aunque eludió escalar la confrontación con su anfitriona en La Moneda.
"Hoy es el tiempo de las soluciones, ya vendrá el tiempo de las evaluaciones. El gobierno actual tiene la responsabilidad de conducir al país hasta el 11 de marzo, cuando asuma una nueva administración", matizó.
Piñera indicó después que su gobierno deberá "enfrentar la emergencia ciudadana, que tiene que ver con ayudar a las víctimas, y reponer los servicios básicos de agua potable, seguridad pública y electricidad".
También señaló que será su prioridad "preocuparse de la emergencia productiva, que tiene que ver con que el aparato productivo se ponga en marcha lo antes posible.".
El terremoto y su posterior tsunami, sacudieron amplias zonas del centro sur del país, lo que provocó daños a unas dos millones de viviendas, al menos 500.000 de ellas graves.
Fuente: Télam